Fragmentos del libro: Una Vida Libre de Dinero, de Mark Boyle
"Tómate un minuto para mirar a tu alrededor. Intenta encontrar una cosa que no se consigue con dinero. Apuesto que no puedes. Incluso si cultivas tus propios alimentos, pagas por las semillas y pagas por las herramientas. Y éste es el poder que hemos dado al dinero - hemos llegado a creer que lo necesitamos, que dependemos de él para sobrevivir.
El hecho de que hayamos diseñado esta impersonal y destructiva economía alrededor de él sólo sirve para perpetuar semejante ilusión. La historia cultural que constituye el dinero tiene tal poder de agarre en nuestras mentes que hemos llegado a creer que no es posible vivir sin él. Observando las acciones de la humanidad, podría parecer que vivir sin aire limpio, agua fresca y suelo fértil se considera sólo un reto moderado en comparación con vivir sin dinero.
Se ha extendido la extraña creencia de que el dinero nos provee cuando en realidad es la Naturaleza (incluyendo a los humanos) la que lo hace. Que debemos depender del dinero es simplemente otra ilusión, a la que damos poder sólo porque colectivamente acordamos creer en ella. Incluso Adam Smith, el padre de la economía moderna, dijo que "el dinero es una cuestión de creencia" .
Creemos en él porque la experiencia nos ha enseñado que podemos obtener cosas a cambio de él y cada vez que ejecutamos ciertos rituales (firmar un cheque, comprar con tarjeta) de esta historia reforzamos la creencia y su arraigo en nuestras mentes."
"Cuando decidí empezar a vivir libre de dinero - o como prefiero llamarlo, empezar a vivir con los tipos de economía del don local lo hice por una razón fundamental: la mayoría del sufrimiento y la destrucción en el mundo - granjas fábrica, explotación laboral, deforestación, extinción de especies, agotamiento de los recursos, aniquilación de pueblos indígenas y sus culturas - son síntomas de una cuestión mucho más profunda.
Hasta donde podía ver, sólo pueblos desesperadamente inconscientes de su íntima conexión con el resto de la vida del planeta pueden comportarse de la forma que lo hacemos y sólo pueblos rodeados de potentes distracciones no podían sentir las heridas profundas que este comportamiento está provocando. El dinero no sólo nos permite permanecer escudados ante los horrores que resultan directamente de nuestros hábitos de consumo, sino que es la más poderosa de las distracciones.
A medida que el tiempo me permitió tener más experiencias y lecciones viviendo más allá del dinero, las razones para hacerlo alcanzaron una escala más infinita. Embebidas en el uso del dinero hay distracciones y desconexiones que yo no podía ni imaginar. La lista es interminable y no podría incluirlas todas aquí. En las páginas que siguen he recogido las que creo más importantes considerando las consecuencias del dinero sobre nuestro ser físico, mental, emocional y espiritual y los efectos subsecuentes en el estado de nuestra sociedad y de nuestro planeta.
Sin embargo, todo parecía reducirse a un simple punto: vivir libre de dinero cambió mi manera de ser. Existir fuera de la economía monetaria me permitió sentarme en el flujo orgánico de la vida y reconocer la totalidad interconectada; me permitió experimentar un sentido diferente del ser."
Estamos aquí
para despertarnos de nuestra ilusión de separación.
-Thich Nhat Hanh
La humanidad no ha tejido la red de la vida.
No somos más que una hebra en ella.
Lo que hagamos para la red, lo hacemos para nosotros mismos.
Todas las cosas están unidas.
Todas las cosas están conectadas.
-Jefe Seattle
No hay un modo "natural" de ser un ser humano. No somos inherentemente avaros ni inevitablemente destructivos. Haciendo un repaso por las culturas que mueren en nuestra periferia te diré rápidamente que hay infinitos modos de vivir como ser humano y el modo influye en la forma de comportarnos.
¿Quién eres? Quizá una madre, un profesor o un abogado. Eres tu ego, tus recuerdos y tu imaginación. Eres tus deseos, tus miedos y tus alegrías. Eres un abanico de expresiones en cada momento. Compasión. Amor. Creatividad. Preocupación. Espontaneidad. Honestidad. Integridad, verdad. El espíritu humano es potente.
¿Se acaba ahí? ¿Dónde termina tu percepción del yo? ¿En los límites del espíritu humano o en los del cuerpo? Probablemente sabes que tus piernas son parte de ti. Pero ¿qué hay de las bacterias de tus intestinos o de tu colon que son formas de vida supuestamente independientes de ti, pero que son también una parte de ti terriblemente importante e interdependiente?
¿Ya no está tan claro, verdad? Considera el agua que bebes del arroyo (o por ahora, del grifo) - ¿consideras que es parte de ti? Una vez en tu interior es entre un 30 y un 90% de tu cuerpo, así que deberías considerarla parte de ti. Pero, ¿qué pasa en el segundo antes de que la cojas en tus manos y la bebas, cuando todavía está etiquetada como arroyo?"
"Albert Einstein lo presentó maravillosamente,
Un ser humano es parte de un todo llamado por nosotros universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Nos vivimos a nosotros mismos, a nuestros pensamientos y sentimientos como algo separado del resto. Una especie de delusión óptica de la consciencia. Esta delusión es una especie de prisión para nosotros, restringiéndonos a nuestros deseos personales y a tener afecto por unas pocas personas cercanas a nosotros.
Nuestra tarea debe ser liberarnos de la prisión ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todas las criaturas vivas y a toda la naturaleza en su belleza. El verdadero valor de un ser humano viene determinado por la medida y el sentido en el que se haya liberado del yo. Vamos a necesitar un modo considerablemente nuevo de pensar si queremos que la humanidad sobreviva.
El sentido humano del yo es integral a nuestro comportamiento y al modo según el cual decidimos construir nuestras vidas. Está reflejado en nuestras instituciones, nuestros valores sociales y nuestras estructuras de poder.
Si no nos vemos conectados, o dependientes, de nuestra comunidad ¿por qué preocuparnos de alimentarla? Si no nos vemos conectados o dependientes de la Naturaleza, ¿por qué preocuparnos de preservar su esplendor y generosidad?
La cultura moderna ha desarrollado y animado un sentido del yo que implícitamente niega estas conexiones y dependencias integrales - implícitamente niega la totalidad - y el resultado de ello nunca ha sido más claro: deforestación, desertización, extinción de especies, contaminación de aire y agua; aumento de las tasas de cáncer, asma, diabetes, patologías cardíacas y obesidad; aumento del suicidio, depresión, drogas y violencia; culto a la celebridad, obsesión con la belleza física, miedo a la muerte."
"preguntarse dónde están las fronteras del yo es una base crucial para entender la llamada a ir más allá de la economía monetaria. La gente asume que tengo que estar de acuerdo con el mal citado adagio de "el dinero es la raíz de todo mal". Pero no. En lugar de ello, propongo que es nuestro desilusionado sentido del yo la raíz de muchas de nuestras actuales crisis personales, sociales y ecológicas. El dinero es el instrumento para mantener y afirmar esta delusión.
El dinero es tanto la gallina como el huevo en relación con este delusivo sentido del yo. Aunque se originó como un mero síntoma de la ilusión de separación entre nosotros y el resto de la vida, y la consciencia de conceptos como deuda y crédito surgieron de ahí, ha perpetuado y en buena manera intensificado nuestro sentimiento de desconexión con el resto de la vida incrementando los grados de separación entre nosotros y lo que consumimos. Esto crea una delusión aún más potente y síntomas más severos."
"Si una persona percibe que su yo es la totalidad, entonces actuar en su propio interés supondría tomar decisiones en las que cuidar de sí misma significa proteger los ríos, la atmósfera, el suelo y los bosques que proporcionan hidrógeno, oxígeno y minerales, elementos físicos de lo que defines como Yo."
"Algunos mirarán al mundo y verán que hoy nuestra necesidad incesante de conquistar la Naturaleza se está acelerando - modificaciones genéticas, nanotecnología y la criminalización de sustancias que nos llevan a estados alterados de conciencia. ¿Está realmente fuera del ámbito de lo posible el que nuestro sistema económico monetario al completo precise que nos sintamos divididos y separados de todo lo demás para funcionar como lo hace? Divide et impera. Divide y gobierna. Es el truco más antiguo del libro. Cuando estamos divididos entre nosotros, y de la Naturaleza, somos fácilmente conquistables."
"El concepto de dinero juega un papel peligrosamente subestimado en nuestra incapacidad, históricamente imbatible, para vivir en el momento presente. No sólo los estudios antropológicos muestran una relación entre el uso del dinero y un decreciente sentido de vivir en el presente, mi propia y limitada experiencia me enseñó exactamente lo mismo.
Contra toda previsión y para mi sorpresa, después de tres o cuatro meses de vivir sin dinero comencé lentamente a preocuparme menos - no más - de todo. Tengo que admitir que durante esos primeros meses me preocupé mucho más, debido en buena parte al hecho de que el dinero me proporcionó durante mucho tiempo un sentido de seguridad y me preocupaba que si tenía hambre o algún problema tenía cero a que recurrir.
A medida que la rueda del tiempo daba vueltas me encontré rindiéndome voluntariamente a la vida y comencé a vivir en el momento, algo que nunca había hecho en el tiempo en que era más consciente de los conceptos de crédito y débito. Cada día parecía proveerme y con esta experiencia repetida poco a poco dejé de preocuparme por el día siguiente.
En algún lugar de tu psique sabes que todo irá bien y que lo peor que podría pasar es que vuelvas al Todo, que es donde pienso que está tu verdadero yo. Orwell dijo en una ocasión que "la felicidad sólo existe en la aceptación" y ésta ha sido mi experiencia en la vida y la experiencia de pueblos como los Pirahã. Aceptar que la vida te da todos los días, no arrepentirse de nada y no preocuparse por el futuro.
Y a divertirse - nada es tan serio."
"Si cultivas tu propia comida, no la malgastas. Si tienes que ser responsable del agua que consumes, probablemente no la ensucias. Hace poco hablé con un periodista sobre un informe del Department for Environmental Food and Rural Affairs (DEFFRA) [Equivalente británico al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente] que afirma que el pan es actualmente el alimento que más se tira y me preguntó cuál pensaba yo que era la razón. Le dije que simplemente porque ya no tenemos que amasar y cocer nuestro propio pan.
Si tuviéramos que poner 30 minutos de amor y de esfuerzo en él no desperdiciaríamos ni una tajada.
Cuanto menos conectados estemos con nuestra comida más la desperdiciaremos.
Cuanto más permanezcamos desconectados de lo que consumimos menos esperanzas de que comprendamos que no somos seres separados e independientes, sino partes interdependientes de un Gran Todo. De lo contrario, continuaremos tomando decisiones que pensamos son buenas para nuestro sentido egocéntrico del yo (el ego encapsulado por la piel) a costa de nuestro yo holístico (el Todo)."
"Hasta que no comprendamos que nuestra propia salud, nuestras vidas, dependen de la salud del conjunto, no resistiremos adecuadamente a una cultura que parece condenada a saquear cada pez, árbol y mineral del planeta, y de paso contaminar el aire y los ríos y los arroyos.
Derrick Jensen, un autor americano y activista medioambiental, señala que "si tu experiencia es que la comida viene de la tienda y el agua del grifo, entonces defenderás hasta la muerte el sistema que las lleva hasta ti porque la vida depende de ellas. Sin embargo, si tu experiencia es que la comida viene de la tierra y el agua del arroyo, entonces defenderás hasta la muerte a la tierra y al arroyo". Nada mejor que el dinero nos impide entender nuestra interdependencia de la tierra.
Unicidad, estado salvaje, comunidad y sentido del Yo - ideas que flotan libres en la maravillosamente lánguida tierra de la filosofía. ¿Quién soy yo para decir si están bien o mal? - sólo es una corazonada, una fuerte corazonada porque todo parece encajar, pero sólo es una corazonada."
El dinero provoca el despilfarro
"Cuando hacía dos años y medio que vivía sin dinero, no desperdiciaba nada porque todo era precioso.
Cuando salía de la caravana para hacer un pis bajo un frutal durante las frías y oscuras tardes de invierno, apagaba la vela de cera de abeja para ahorrar lo que para mí era un recurso finito. Siempre que me tropezaba con trozos de madera en el verano, los recogía y los almacenaba para el invierno. Si encontraba un mechero en la calle, lo cogía y lo usaba porque me ahorraba 20 minutos de arco y taladro.
Cada migaja de comida que tenía la comía y lo que otros dejaban también. Los periódicos que andaban por las cunetas me servían para encender el fuego. Si tenía ocho botellas de sidra para todo el invierno, me las bebía con moderación cuando la situación lo pedía a gritos y no las ocho de una sentada. No tenía basura, ni siquiera de reciclaje. Todo era o utilizado o reutilizado, incluido los restos procedentes de mi propio cuerpo. La vida es cíclica, no lineal.
En el momento de escribir hace cinco meses que he vuelto a la economía monetaria puesto que planeo y organizo la próxima etapa del experimento. Lentamente me sorprendo a mí mismo haciendo cosas que nunca haría cuando vivía sin dinero. Ahora a veces dejo las luces encendidas cuando salgo de una habitación, como si la energía que hay tras el interruptor fuera infinita.
Ni de cerca uso los restos de comida como lo hacía. Si veo un bolígrafo en la calle no me molesto en cogerlo - uno nuevo y limpio sólo vale 20 céntimos en la tienda de la esquina. Ya no corto madera porque tengo gas traído hasta mi habitación desde Noruega. La lista va ad infinitum.
Cuando estamos conectados con lo que usamos o cuando tener o hacer algo nuevo no es tan simple como ir a la tienda, le das más valor y seguro que no lo desperdicias. Comprendes cuánto tiempo o energía tú u otra persona que conoces ha puesto. El dinero nos desconecta de los bienes y de los servicios a través de masivas economías de escala y la altamente especializada división de trabajo lo facilita. Esta desconexión conduce a elevados niveles de despilfarro en nuestras vidas diarias."
"Si tuviéramos que ser responsables de producir toda nuestra energía de modo verdaderamente sostenible y estuviéramos por tanto íntimamente conectados con los procesos involucrados, no utilizaríamos nuestro tiempo, recursos, salud (mental, emocional, espiritual y física), ríos limpios o superficie para producir megatoneladas de mercancía para niños o tranquilizantes electrónicos para adultos.
Las economías de escala que se requieren para las altas tecnologías también exigen que no compartamos y que todos tengamos uno de todo, llegando a la situación que tenemos ahora en la que todos acaparamos cosas en nuestros armarios y áticos que sólo utilizamos una vez al año, como mucho. Seguro que tus vecinos acumulan las mismas cosas.
Si compartiéramos y tuviéramos cinco cortacéspedes por vecindario (en vez de 500), no sería viable producir el cortacésped y entonces el modelo económico monetario tal como lo conocemos colapsaría ya que la misma lógica aplica a los demás productos de alta tecnología. Es una economía en la que compartir significa colapso. Si ésta no es la definición de derrochar, no sé cuál será."
"Cuando compartimos libremente todo lo que se nos ha dado - sean bienes materiales, tiempo, conocimientos o habilidades - sin otro motivo que ayudar a alguien, la diferencia de efecto es tanto positiva como inmensa. La amabilidad incondicional estimula a la gente, crea lazos y afirma la vida de un modo que las transacciones monetarias condicionadas nunca lograrán.
Por supuesto, la otra persona podría devolver incondicionalmente de forma inmediata usando dinero, pagando exactamente la deuda, pero como señalé antes, esto significa decir ya no quiero sentir que tengo que mantener una relación contigo. Es mucho más beneficioso para tu comunidad que simplemente des incondicionalmente al mundo lo que tengas que dar cuando llegue el momento.
"Lo que he tratado de demostrar en este capítulo es que es nuestro delusivo sentido del Yo la raíz de muchas de nuestras actuales crisis personales, sociales y ecológicas y que el dinero es el instrumento para mantener y afirmar la delusión.
Para tener alguna esperanza de manejar adecuadamente los problemas a los que nos enfrentamos necesitamos fundamentalmente abordar la ilusión de separación que ha permeabilizado e infiltrado nuestro sentido del Yo. Para ocuparnos mejor de nuestra tierra, nuestras comunidades y en última instancia de nuestros Yo egocéntricos, tenemos que reconectar con una comprensión de la interdependencia del Todo. Para hacer esto tenemos que cuestionarnos y desafiar a las historias que apoyan las ilusiones. El mayor enemigo al que nos enfrentamos haciendo esto es el mecanismo de separación: el dinero.
El dinero está trepando y llenando toda nuestra información cultural: nuestras relaciones, comida, educación, salud, ocio, medios de comunicación. A través de todas estas interacciones se nos premia por nuestra independencia y nuestro conformismo. Se nos anima a no ver más que el precio y a desconectar de otros contenidos.
Considera las batallas que se producen en la vida diaria - entre integridad y conveniencia, pasión y conformismo, compasión y comodidad. ¿En cuántas de ellas el dinero es el factor decisor? Todo es parte de una batalla activa contra la experiencia de unicidad, contra la experiencia de nuestro lado salvaje. Se nos enseña a domesticarnos para servir mejor a las instituciones que hemos construido - instituciones al servicio del dinero.
¿Y el resultado? Considera la diferencia entre un búfalo salvaje y una vaca lechera. Considera la mirada en sus ojos, el patrón de sus vidas, las elecciones que tienen que hacer. Considera sus estados y lo que implícitamente conocerán del mundo. Ten en cuenta lo que cada uno considera importante para su supervivencia. Entonces piensa en lo que sabes de los pueblos que quedan en el mundo que todavía viven en la periferia de nuestra cultura - sociedades que han cambiado muy poco en cientos de años simplemente porque no lo necesitan.
Como tu vida entera hasta ahora probablemente te ha confirmado, somos diferentes. "Civilización" - la cultura de la ciudad-estado - se alza a sí misma, poderosa y orgullosa y no es un accidente que seamos el pueblo que insolentemente se precipita hacia el colapso ecológico, sordo a los gritos de los que masacramos, inconscientes ante el dolor que clavamos en los corazones de nuestros parientes.
El dinero es sólo un instrumento, un arma entre muchas en la guerra contra lo salvaje. Pero es muy potente, probablemente la más potente que poseemos. Es fundamental que no vivamos nuestro lado salvaje, fundamental para preservar la desconexión de nuestras acciones, fundamental para asegurar que nuestras comunidades siguen siendo un grupo de extraños para nosotros.
Simplemente usando dinero exhibimos el conocimiento de que la unicidad no existe; simplemente usando dinero afirmamos y mantenemos la ilusión de la separación. Nos mantiene ignorantes al estado del ser del que depende nuestra supervivencia."
Más información: https://sindinero.net/mark-boyle