domingo, 12 de febrero de 2017

EL ESTADO DE NO MENTE



Hay una hermosa historia de Gautama Buda, una mañana un hombre le preguntó:

--¿Existe Dios?

Buda miró al hombre a los ojos y le dijo;

--No, Dios no existe. 

Ese mismo día, por la tarde otro hombre le preguntó;

--¿Qué piensas acerca de Dios?,¿Existe Dios?

Buda miró al hombre a los ojos y le dijo;

Si, Dios sí existe.

Ananda su ayudante, que estaba con él, se quedó muy confundido, el ponía siempre mucho cuidado en no interferir en nada. Si tenía alguna pregunta, por la noche, cuando todo el mundo se retiraba y Buda se disponía a dormir, se la exponía.

Pero esa tarde, a la puesta de Sol, otro hombre vino con otra pregunta muy parecida aunque formulada de forma distinta. El hombre dijo:

--Hay gente que cree en Dios y hay gente que no cree en Él, Yo no sé a quién creer, he venido a pedirte ayuda.

Ananda estaba muy interesado en oír la respuesta de Buda, en un mismo día había dado dos respuestas absolutamente contradictorias y ahora surgía una tercera oportunidad y no existe una tercera respuesta. Pero Buda le dio una tercera respuesta...

No habló, cerró los ojos.

Era un hermoso atardecer, Buda estaba en un bosquecillo de mangos, los pájaros estaban posados en las ramas de los arboles, el Sol acababa de ponerse y soplaba una brisa fresca. El hombre, al ver a Buda sentado con los ojos cerrados, pensó que quizás era ésa la respuesta, así que se sentó junto a él con los ojos cerrados, transcurrió una hora y el hombre abrió los ojos, tocó los pies de Buda y dijo, tu Compasión es Grande, siempre te estaré agradecido por haberme dado la respuesta...

Ananda no podía creer lo que veía, porque Buda no había dicho ni una sola palabra y el hombre se marchó tan contento, totalmente satisfecho.

Entonces Ananda le dijo a Buda:

--Esto es demasiado, deberías pensar en mí, ¡me vas a volver loco!. Estoy al borde de un ataque de nervios, a un hombre le dices que Dios no existe, a otro le dices que Dios sí existe, y al tercero no le contestas, y el tercero dice que ha recibido la respuesta, está contento y agradecido y te toca los pies, ¿Me puedes explicar qué significa todo esto?

Buda dijo:

--Ananda, la primera cosa que debes recordar es que esas preguntas no las habías formulado tú, por tanto esas respuestas no eran para ti. ¿Por qué te preocupas innecesariamente por los problemas de otra gente? Primero soluciona tus propios problemas.

Ananda dijo:

--Es cierto, esas no eran mis preguntas y las respuestas no iban dirigidas a mi, ¿pero que puedo hacer?, tengo oídos y oigo, y he oído y he visto y ahora todo mi Ser está confundido.¿Cual es la respuesta correcta?

Buda dijo:

--Correcta... Lo correcto es la Consciencia. El primer hombre era un teísta y quería que le reafirmarse en su creencia de Dios, vino con una respuesta, una respuesta hecha, solamente para que le reafirmase en su creencia, y poder decir: "estoy en lo cierto, el propio Buda me a dado la razón". Por eso le he dado esa respuesta, solamente para perturbar su creencia, porque creer no es conocer.

El segundo hombre era un ateo, también ha venido con una respuesta, una respuesta hecha que dios no existe y quería que le reafirmase en su incredulidad para poder decir, que "pienso como él". Tuve que decirle "Si, Dios Existe", pero el propósito era el mismo.

Si eres capaz de ver mi propósito, verás que no hay contradicción.

Estaba perturbando la creencia preconcebida del primer hombre y la incredulidad preconcebida del segundo hombre. La creencia es afirmativa, la incredulidad es negativa pero en realidad ambas son una misma cosa. No provienen de alguien que conoce y ninguno de ellos era un verdadero buscador, ambos acarreaban prejuicios...

El tercero era un verdadero buscador, no cargaba ningún prejuicio, abrió su corazón, y dijo: "hay gente que cree en Dios, hay gente que no cree en Dios, yo no sé a quién creer, he venido a pedirte ayuda". Y la única ayuda que podía darle era una experiencia de consciencia silenciosa, las palabras son inútiles.

Y cuando he cerrado mis ojos ha entendido el mensaje.

Era un hombre con una cierta inteligencia, abierto, vulnerable, y cerró los ojos. Al profundizar en el silencio, al volverse parte del campo de mi silencio y mi presencia, ha empezado a adentrarse en el silencio, a adentrarse en la consciencia.

Cuando había transcurrido una hora, parecía como si hubiesen transcurrido unos minutos. No recibió ninguna respuesta en palabras pero recibió la verdadera respuesta en silencio.

No te preocupes por la verdadera existencia de Dios, no tiene ninguna importancia si existe o no. Lo que importa es la existencia del silencio, si existe la consciencia, si eres silencioso y consciente, tú mismo eres Dios. Dios, no es algo ajeno a ti, o eres una mente o eres Dios.

En silencio y consciencia la mente se disuelve, desaparece y se te revela la Divinidad. Sin haberle dicho nada ha recibido la respuesta y la ha recibido de una forma perfectamente correcta. La consciencia te lleva a un punto donde eres capaz de ver por ti mismo la realidad última de ti mismo y del Universo y la experiencia milagrosa de que tú y el Universo, no estáis separados. De que tú eres parte del Todo.

Para mí, el único significado de lo Sagrado es éste.

Has sido entrenado para el análisis, para el entendimiento, para la gimnasia intelectual, esas cosas no van a ayudar a nadie, nunca han ayudado a nadie, ésa es la razón por la cual occidente carece de una de las dimensiones más preciosas, la iluminación, el despertar. Todas sus riquezas no son nada en comparación con el hecho de alcanzar el estado de no mente. no te embrolles con la mente, mas bien vuélvete un observador al margen de la carretera y deja que la mente pase por la carretera, pronto la carretera estará vacía. 

La mente vive como un parásito, tú te identificas con ella, ésa es su vida. Tu consciencia corta la conexión, se convierte en su muerte. Las antiguas escrituras de oriente dicen que el maestro es una muerte, es una afirmación muy extraña, pero inmensamente significativa, el maestro es la muerte porque la meditación es la muerte de la mente, es la muerte del ego. La meditación es la muerte de tu personalidad y el nacimiento la resurrección de tu Ser esencial, y conocer ese Ser esencial es conocerlo Todo.