Muchas veces nos sumergimos en situaciones en las que el miedo, la rabia, el odio, y todas las emociones a ello ligadas, nos consumen y nos hacen vivir momentos muy difíciles que sólo oscurecen nuestro corazón impidiéndonos ver la belleza de nuestro interior y por ende, la belleza exterior. Cada uno de nosotros estamos viviendo experiencias que, de una manera u otra nos están ayudando a despertar, pero no es lo mismo verlas desde nuestro corazón que desde nuestro ego. Tras el sueño que estoy por relataros empecé a comprenderlo y a vivirlo realmente en mi vida, Aún me queda mucho por andar pero para mí esto ha sido mi bastón y espero que de alguna manera también sea el vuestro:
“Combatía encarnizadamente con espadas. Me encontraba en medio de la nada, sólo existíamos mi contrincante y yo. Éste era un ser que según lo que percibí representaba el mal, no tanto por su imagen ya de por sí nada agradable, sino por lo que "emitía" energéticamente. Tuve la sensación de estar combatiendo con ese ser por mucho, mucho tiempo, era agotador. Cuanto más miedo y rabia sentía, más luchaba, hasta que llegó un momento en que me puse a reflexionar sobre la verdadera esencia de ese ser, sobre el por qué se estaba comportando así, qué dolor debía traer en su interior, qué vacío, qué soledad. Comencé a verlo y empecé a sentir compasión por él, tras la compasión empecé a amarlo, ya no me importaba que me hiriese, no me importaba que fuera el mal, sentía que no era necesario defenderme, deseaba ser parte de su dolor para poderlo aplacar y lo amé por cómo era. Fue entonces cuando todo el escenario cambió y me encontré dentro de un maravilloso jardín, lleno de flores y plantas, mi contrincante había desaparecido. Desperté con la sensación de que el sendero más sencillo para llegar al Amor es la Compasión...”
A veces no consigo aplicar esta compasión y este amor en mi vida, mi ego me supera, pero me doy cuenta de que siempre ha sido elección mía, cada uno de nosotros tenemos el poder de escoger cómo queremos sentirnos y cómo queremos vivir, podemos continuar manteniendo el miedo y la rabia como una manera de "protección" que sólo nos procurará más miedo y rabia o podemos escoger el colocar en nuestro corazón cada situación difícil de nuestra vida y empezar a comprenderla, a sentir compasión por ella y a amarla. No sólo nos va ayudar a transformar nuestra vida, sino que ayudará a transformar la vida de todas aquellas personas sumergidas en el miedo. Todo es cuestión de elección.
"Un truco que puedes hacer es imaginar a tu corazón con una gran sonrisa bondadosa y todo aquello que te provoque miedo, malestar, enojo, etc, lo trasladas a tu corazón, a esa hermosa sonrisa, para que lo transforme a su vez en amor..."