sábado, 28 de diciembre de 2013

RELAJACIÓN Y AUTOCURACIÓN


Algunas personas pueden relajarse a su antojo. A otras, la mera idea de relajarse les causa una tensión aún mayor.

Cuando se está real y verdaderamente relajado, cuando se está en el nivel alfa de la mente, que es de 7 a 14 pulsaciones eléctricas por segundo el poder psicotrónico actúa aún mejor. A mitad de camino — diez pulsaciones y media — está también el punto medio entre O y 21, el punto más elevado para la mayoría de las personas. En ese punto medio, la mente parece acompasarse con los dos aspectos de su funcionamiento dual: físico y no físico.

El relajarse más profundamente de lo que usted lo hace normalmente con un Plan de actuación, es dar pie a un mayor éxito. Incluso si cree que no tiene ningún problema en este aspecto, dedique unos momentos a mejorar de la siguiente forma:

Elija cinco de los siguientes métodos para aumentar la relajación, los cinco que le resulten más cómodos:

1. Apriete las mandíbulas. Déjelas sin apretar. Observe la sensación de alivio en ese momento. Tense los pies. Déjelos sueltos. Capte la sensación de dejarlos sueltos, vea en qué consiste exactamente. Extienda esa sensación por todo su cuerpo.

2. Mire un punto por encima de la línea normal de visión. Mantenga la cabeza derecha con los ojos vueltos hacia arriba. Cuando sienta la necesidad de parpadear, deje que se le cierren los ojos.

3. Respire hondo por tres veces. Al espirar la primera vez, imagine que es el final del día y que sienta bien relajarse; con la segunda espiración, sienta una oleada de relajación recorrer su cuerpo de la cabeza a los pies; con la tercera exhalación, siéntase mucho más pesado en el sillón.

4. Repita una y otra vez: «Soy más pesado cada vez cuando me abandono. Peso más y más al relajarme.»

5. Repita una y otra vez: «Siento cada vez más sueño con cada instante que pasa.»

6. Siéntese cómodamente con los ojos cerrados, fijándose en su respiración. Sepa que con cada inspiración rítmica se está relajando más y más profundamente.

7. Cuente hacia atrás de 25 a 1, sintiendo cómo se relaja más 
profundamente con cada número.

8. Imagine que está en el ascensor de una mina y que éste desciende cada vez más a la mina.

9. Imagine que está en el último piso de unos grandes almacenes. El ascensor al bajar se detiene en cada piso y se oye una grabación anunciando qué hay en cada piso. Por último llega al sótano de las oportunidades.

10. Tome conciencia de su cuero cabelludo. Relaje todos los tejidos y los menores músculos. Haga lo mismo con la frente, los ojos, las mejillas, la mandíbula, la boca, el cuello, los hombros, los brazos, etcétera, hasta llegar a los dedos de los pies. Tómese el tiempo necesario.

11. Inspire profundamente, y al espirar, dése las instrucciones: «Relájate ahora más profundamente.» 

12. Imagínese que está en la cama. Está muy a gusto. Todo está en calma y silencioso. Está a punto de quedarse dormido.

13. Imagínese que se encuentra en un jardín. Está admirando las flores y los capullos. Coge uno con la mano. Hay en él una gota de agua que refleja los colores del arco iris. Vea los colores, la belleza diamantina.

14. Imagínese que está tumbado en una playa, escuchando las olas, o en una pradera mirando el lento desfilar de las nubes blancas por el cielo.

15. Cuente lentamente hacia atrás, de 15 a 1. Deje pasar unos diez 
segundos entre cada número, sabiendo que cuando llegue el uno estará profundamente relajado.

Una vez haya elegido los cinco métodos que más le agraden —con los que se sienta más a gusto—, llévelos a cabo en el orden en que aparecen.

Quizá sea mejor que los escriba en cinco tarjetas numeradas adecuadamente, del uno al cinco. Puede abrir los ojos durante la sesión de relajación y mirar la tarjeta siguiente. No perturbará su relajación. O quizá tenga que memorizar un par de palabras para dar pie a los distintos pasos de la relajación —como «cuenta atrás» o «almacenes».

Todo ello forma parte de su preparación para este otro Plan de actuación en el que se tendrá que relajar más profunda y efectivamente. Un paso más en esta preparación consiste en elegir una palabra secreta que le servirá para dar pie a la relajación en el futuro.

Su palabra secreta actuará para desencadenar la misma relajación profunda que va a lograr ahora. No tendrá que volver a realizar todo este Plan de actuación. Todo cuanto tendrá que hacer es decir esa palabra secreta. Esa palabra puede ser cualquiera, y ser tan breve como «ya», tan larga como la más complicada que conozca, tan corriente como «vamos», o tan complicada como «desoxirribonucleico». Si alguien se la dice, no tendrá ningún efecto. Pero si la dice usted, .

¿Tiene usted su palabra secreta? ¿Ha elegido los cinco pasos a dar? 
Entonces haga lo siguiente:

Plan de actuación para una relajación alfa instantánea.
Siéntese cómodamente en un asiento de respaldo recto.
Proceda a seleccionar los cinco métodos en el orden enumerado. Cuando haya realizado el quinto...
Repítase mentalmente varias veces:«Puedo alcanzar ese estado de 
relajación profunda y saludable en cualquier momento del futuro, con sólo decir esta palabra» (diga mentalmente su palabra secreta).
Recuérdese a sí mismo que cuando cuente hasta tres se sentirá plenamente despierto, lleno de energía, y sintiéndose perfectamente bien y con entusiasmo.
Cuente hasta tres.
Abra los ojos. 
Estará totalmente relajado.



AUTOCURACIÓN 

Con su aumentada facultad para imaginarse a sí mismo perfectamente mientras se encuentra profundamente relajado y en extremo confiado, ya está preparado para centrar su propia energía de conciencia para corregir las anormalidades de salud de su cuerpo.

Algunos ven esto como una especie de meditación.
Otros lo ven como parecido a una oración.
No les lleve la contraria.
No sabemos lo suficiente de lo que llamamos energía psicotrónica o de la efectividad de la oración para decir si son mutuamente inclusivas o mutuamente exclusivas.
En este punto de su evolución, el hombre necesita tener abiertas todas las puertas filosóficas y espirituales.
Tiene sus ventajas considerar a esa curación psicotrónica relacionada con la curación espiritual u oración. Estos conceptos son más universales. 

Al aceptar un concepto reconoce su participación en algo mayor que usted, se «conecta» automáticamente con el Generador Universal Psicotrónico.

Plan de actuación para conectar el generador psicotrónico con el generador psicotrónico cósmico:

Cierre los ojos y vuélvalos ligeramente hacia arriba. Cree una habitación en su imaginación. Paredes, techo, suelo, ventanas. Píntela de los colores que quiera, decórela, alfombras, muebles...Instale una gran claraboya en la habitación. Coloque una silla debajo de esa claraboya. Esa silla la utilizará cada vez que entre en la habitación. Está bañada por la luz del cielo. Siéntese ahora mentalmente en esa silla. Sienta la luz sobre usted como un halo dorado. Comprenda esa luz universal como algo que le da la mano a su propia luz interna. Manténgase así durante aproximadamente un minuto, sintiendo Amor por el Universo, consciente de su grandeza y de su inteligencia y de que su ser 
forma parte de él. Decida volver a disfrutar de ese minuto muy pronto.
Abra los ojos.

Usted ha trabajado mucho para llegar a este punto. Se ha ganado un Plan de actuación más sencillo.

PLAN DE ACTUACIÓN PARA CURARSE A SÍ MISMO

- Vaya a su «habitación especial», bajo la claraboya.
- Diga su palabra secreta y relájese profundamente.
- Invítese a sí mismo a su habitación como si tuviera otro yo.
- Vea el problema físico.
- Corrija el problema físico con las manos, reparando, cosiendo, normalizando, utilizando antigérmenes imaginarios, reductores de tumores, normalizadores de la tensión sanguínea, o cualquier remedio que pueda inventar mentalmente para curarlo.

- Imagínese a sí mismo perfectamente bien, manteniendo esa imagen durante al menos un minuto.

- Termine la sesión sabiendo que se ha activado su curación. Prepárese para aceptarlo. Es usted una persona diferente, físicamente, con cada segundo que pasa. Unas células están sustituyendo a las células muertas o enfermas. Después de este Plan de actuación, nacen nuevas células para componer su imagen de perfección.

A Bernard R. le dijo su médico que tenía una hernia —una abertura en la pared abdominal por la que se introduciría su intestino y quedaría cogido—. De momento lo único que se podía hacer era un atado, pero le dijo que la única solución era operar. Bernard decidió que ayudaría a su cuerpo a corregir esa anormalidad. Todas las noches realizaba el anterior Plan de actuación. Levantó sus intestinos y cerró el agujero abdominal. «Aplicó» un agente endurecedor y fortalecedor de la pared abdominal. Tardó tan sólo un minuto, antes de quedarse dormido.

Al cabo de tres meses volvió al médico a hacerse una revisión. El doctor quedó sorprendido. «Aún está ahí —dijo—, pero no ha habido progresión. La verdad es que parece incluso mejor.»
Bernard guardó su secreto. ¿Para qué hacer que la conciencia de otra persona actuara enfrentándose a la suya? Dio las gracias al médico y se fue. Ahora, un año después, su enfermedad ha mejorado aún más, y ya no se plantea la cuestión de la operación.(...)

Hace medio siglo, Emil Coué hizo que personas de Europa y América se miraran al espejo y repitieran una y otra vez: «Todos los días y en todos los aspectos me vuelvo mejor.» Al cabo de un tiempo, muchos obtuvieron resultados notables. Sin embargo, no sabía nada del nivel alfa de la mente: el nivel relajado.
En alfa se obtienen resultados inmediatos. A ese nivel de la mente, las palabras o representaciones mentales van directamente a la computadora sin análisis crítico, sin dudas personales, sin peros y sin «si».

Fuente:"La Magia del Poder psicotrónico"Robert B. Stone