viernes, 27 de diciembre de 2013

EL PERDÓN



Perdonar no es lo que alguna vez creíste que era. Ten en cuenta primeramente que el mundo -y no te excluyas tú del mundo- se ha esmerado en pervertir el significado real de la palabra perdón para ajustarlo a los propósitos del ego. Así que trata de borrar de tu mente todo lo que alguna vez creíste que era el perdón, y vamos a tratar de alcanzar el significado correcto, el real.

Perdonar, en una palabra, es reconocer. ¿Y que hay que reconocer? Hay que reconocer que el mundo que ves es el efecto de tus propios pensamientos. Así, perdonar es reconocer la ilusión. Es tomar consciencia de que el mundo es irreal.

Una vez que has reconocido que el mundo es irreal, entonces no puede ser causa de nada, y por tanto hay que buscar la causa en su fuente, que es la mente. Si el mundo es irreal ¿vas a juzgar algo que no existe? ¿Vas a criticar a la pantalla porque la película no te gusta? 

La película se crea en tu mente, así que vamos a observar lo que pasa allí. Con un ejemplo quizás lo entendamos mejor. Imagina cualquiera de esos carteles que te llegan denunciando lo que sea, maltratos, masacres, injusticias variadas, etc. Miras el cartel. Y en este punto paramos la película, le damos al pause y la congelamos. Tienes ante ti la escena, y es el mismo escenario para todas las personas. Tu no puedes cambiar el escenario, pero puedes elegir tu respuesta a ese escenario. La respuesta más frecuente suele ser la indignación, que para eso se hacen esos carteles, para despertar tu indignación. Supongamos que te has decidido por esta respuesta. Bien, ahora ya estas indignado por la injusticia. Ya crees que estas cumpliendo con tu deber… ¡como no se indignaría alguien ante tamaña atrocidad! Y aquí termina la historia. Tú crees que has cumplido con tu obligación de buen ciudadano, pero te quedas con algo adentro que te corroe y que se llama rabia. Pero claro, la rabia es inevitable y tu te la comes de buen grado, aunque eso no te ha hecho feliz, sino que ahora eres mas infeliz que antes. Ahora has dado tu apoyo al mundo de la injusticia y la indignación, has fabricado otro resentimiento.

Pero hay otra respuesta. Tu miras el escenario y dices: esto es sólo un escenario en el que se esta representando el contenido de mi mente. Si yo me indigno no podré ser feliz, y yo quiero ser feliz. Las injusticias que veo están ahí para recordarme que yo he decidido que la injusticia puede ser real. Elijo perdonar esta situación para que los milagros reemplacen todos mis resentimientos. En este instante santo las puertas de tu entendimiento se abren y te muestra una nueva realidad perdonada, es la visión del mundo real. El mundo real es el mismo mundo que tu inventaste pero ahora esta perdonado. No esperes ver esto con los ojos del cuerpo, pues los ojos del cuerpo se diseñaron para mostrarte exclusivamente el pasado y no te permiten ver el presente. El presente es invisible para los ojos del cuerpo, pero es perfectamente visible para los ojos de tu mente santificada por el perdon. Tu ahora puedes ver la escena real en tu mente -el cartel solo te mostraba el pasado- y eso te ha liberado de la indignacion y del dolor, pues ahora has creado una nueva realidad a partir de la antigua.

Ante cualquier escenario que te presente la vida, tu no puedes cambiar el escenario, pero puedes elegir el significado del escenario, y responder con un milagro que te lleve al mundo que deseas crear. Es así en todas las circunstancias. No te preocupes si no sale bien la primera vez, siempre podras elegir de nuevo.

En resumen, tu eliges lo que ves, pues eres responsable de lo que ves. Tu eliges si ves con los ojos del cuerpo o con los ojos de la mente santa. Esta decisión te mostrara el mundo de dolor o te mostrara el sueño feliz...

Perdón, perdonarnos, perdonar. Hace mucho tiempo alguien nos había ya enseñado lo mismo cuando dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen…”. Ahora es el momento de aprender, porque ya no hay más tiempo que perder.