“Sumergios dentro de vosotros mismos, posaos sobre vuestro corazón en medio de un espacio solar: Sentid el latido del corazón… Somos el corazón de la Tierra…” Se nos invita a dejar expandir nuestra conciencia hasta unirnos con la de la tierra… “Nosotros somos la Tierra y sentimos sus montañas, colinas y valles. Toda la vida circula a través de ella. Somos la tierra misma. Nos avezamos a sentirnos también el centro de este universo y vemos girar a sus planetas. Nosotros somos el Sol y Su Espíritu y Su Cristo. Después todo se dilata hasta convertirnos en la galaxia entera. Somos esa galaxia con sus diversos sistemas solares que palpitan en nosotros. Somos todos los sistemas solares de esa galaxia, nuestra conciencia no tiene límite. Tomamos noción de esa inmensidad en nuestro propio interior. Estamos fundidos con todo lo que es hasta alcanzar la plena unión… La paz total se encuentra más allá de todos los conflictos imaginables. Somos uno en el corazón de Dios. Somos la entera galaxia… ¡Que el Amor circule alrededor de nosotros y en nosotros!. Seguimos esa corriente de Amor que nos lleva de retorno al propio corazón del sistema solar y a unirnos absolutamente con el Sol. Los planetas son nuestros propios órganos. Descendemos hasta volver a tomar plena conciencia de nuestro planeta Tierra, sus flores, sus montañas, sus ríos, playas, mares… Descendemos y encontramos el Sol Central de nuestro planeta tierra. Palpita en nosotros como nosotros de nuevo palpitamos con él…”
Daniel Meurois-Givaudan