“Algunos sueños te marcan más que otros, reconozco que nunca he tenido sueños poco interesantes pero éste me impactó muchísimo. Por aquel entonces tendría unos dieciocho años, era una chica "normalita", vivía mi adolescencia tranquilamente, disfrutaba la vida estando muy alejada de todo lo místico y espiritual ¿quién necesitaba de ello? al menos ése era mi parecer, mi existencia era ya muy variada no necesitaba otro tipo de experiencias que consideraba no reales. Pero la vida me ha ido recordando en determinados momentos ese otro lugar, por medio de sueños, vivencias, mensajes... se trataba por un lado de Vivir y por otro de mantener la Consciencia de mi Ser Interior. Este sueño fue uno de esos recuerdos, aún hoy desconozco su significado.
Supongo que la escena fue mucho más rica y abundante pero no la recuerdo, no era importante, lo que sí consideré importante y me quedó por ello grabado en la mente, fue la voz que me pedía que me mirase las palmas de las manos. Era una voz insistente, yo pensaba: ¿qué sentido tiene mirarmelas?. Finalmente dirigí la vista hacia mi mano derecha, me quedé observando fijamente cómo en el centro de mi palma había grabado (no pintado) un hermoso corazón rojo rodeado de pequeñas llamitas doradas, lo más curioso era lo que contenía: muchos nombres propios, Simón, Andrés, Mateo, Tomás..., en letras negras y muy claras. La voz me indicó que observara mi otra palma y al hacerlo vi que en ella había otro corazón, idéntico al anterior, con los mismos nombres... Esos corazones eran parte de mi piel, al igual que esos nombres, y yo sabía que eso tenía que ser así... Observé un buen rato ambas manos, las llamas se movían, no así los corazones...Cuando desperté supe que no lo olvidaría jamás, años después se lo conté a mi madre y ella, sin decirme nada, me enseñó una imagen, la del Sagrado Corazón. Era igualita. Me sorprendió mucho, por su parecido, y porque yo no compartía la religiosidad de mi madre. ¿Esos eran los nombres de los apóstoles?
Desde que tengo memoria he creído que el contacto con otras personas sólo puede enriquecer nuestro corazón, sólo lo hace crecer. A medida que he ido conociendo y amando personas en mi vida las he ido colocando en mi corazón, no existía ni existe para mí la separación entre corazones, sino sólo Unión. Quizás ese sueño representaba eso o bien hay algo que todavía no he entendido... Sólo sé que lo que me trajo a este maravilloso país es ese sentido de Unidad, es aquí donde siento ese espíritu, donde tiene sentido mi sueño...esas llamas y ese corazón representan quizás esa pasión que todo lo purifica, para volver a resurgir como el Ave Fénix...”
Stellablu