jueves, 8 de agosto de 2013

MI CAMINO



“Entrar en la pequeña biblioteca de mi padre era, a mis diez años, toda una aventura. La mayoría de las veces estaba cerrada con llave, y ¡mi cometido era encontrarla!. A veces no era fácil localizarla pero en eso consistía mi diversión y luego mi premio... curiosamente nunca me "pillaron" o quizás sí lo hicieron y dejaron que siguiera con mi juego... Abrir esa puerta y observar el sinfín de libros, desde novelas a libros de historia, ciencia... que contenía ese cuarto me entusiasmaba muchísimo, pero toda esa "magia" de mi niñez se la debo al primer libro que calló en mis manos: El Tercer Ojo, el primer libro autobiográfico de Lobsang Rampa, lama tibetano que por aquel entonces (como supe años después) estaba causando furor en ciertos círculos. A medida que lo fui leyendo algo en mí cambió, sentía en mi interior que todo aquello era real, como una certeza...El Tibet me empezó a fascinar, su pureza de espíritu, su apertura de mente, su paz, me sentía muy identificada con todo ello, fue como encontrar a mi mejor amigo, un amigo que me estaba diciendo que lo que yo estaba experimentando en mi vida era muy real, y que esa sensación de ser "muy vieja" era natural... Si ya por aquel entonces me sentía muy diferente de los demás, Lobsang me ayudó a verme tal cual era. Me dí cuenta que era normal experimentar los sueños que experimentaba, el poderme comunicar con la naturaleza o el ver cómo en realidad es el espacio que nos rodea, todo vibración, todo luz... Sentí que ese era mi camino y seguí leyendo los demás libros de Lobsang que tenía mi padre. La reencarnación, los viajes astrales, el aura... ¡cuántas cosas estaba reconociendo!. Muchos ni se plantean la existencia de la vida eterna, los recuerdos de otras vidas... por lo que no sentía la necesidad de hablarlo con nadie, conocía otras cosas y eso me bastaba, vivía mis experiencias en silencio. Esperando algo, pero sin saber qué era ese algo...
Ahora mirando hacia atrás me doy cuenta de que durante toda mi vida he buscado las respuestas a mis preguntas en muchos lugares,  encontrando algunas, muy pocas en realidad, sintiéndome muchas veces impotente, otras feliz... para luego reconocer que aún me queda mucho por recorrer y que en realidad no sé nada. Soy consciente de mi rareza pero aún así sé que hay muchas más personas que, como yo, creen en algo más, personas abiertas a nuevas posibilidades. Este mundo es la antesala a lo que realmente viviremos un día cuando todos estemos preparados...

Stellablu