Todo lo que se te pide es que seas feliz y la felicidad es una decisión. Te pondré dos ejemplos: imagínate que llevas mucho tiempo en un puesto de trabajo y un día, sin previo aviso, te despiden. Tú decides verlo como una oportunidad, una puerta se cierra y otra se abre. Pero también podrías decidir enojarte y demandar a la empresa. En cada situación tu vida discurre de manera diferente. Imagínate que tienes un accidente de tráfico y ello te impide realizar tu sueño. Te lo tomas tremendamente mal y caes en depresión o bien descubres que puedes crear otro sueño mejor a partir de esta nueva circunstancia. Esto también es válido cuando alguien te hace un comentario poco amoroso y tú respondes con ira en vez de con amor. Cada instante es una oportunidad que tienes para elegir la felicidad.
Nada de lo que te sucede en la vida es casual, todo es orquestado por la Divinidad para ofrecerte la oportunidad de elegir la felicidad. Cualquier circunstancia, por tan obscura que pueda parecer es una oportunidad para elegir la felicidad. Puede ser mucho más fácil para ti cuando comprendes que nada de lo que te sucede en esta vida es real, lo único real es el Amor que tú Eres. Dios no creó la obscuridad sino la Luz, no creó el miedo sino el Amor. Todo lo que no creó Dios no puede ser real, jamás.
Aún si consideras que este mundo es real prueba a ser amistoso con toda persona con la que te encuentres, ya sea que la conozcas o no, que tu ser muestre la apertura de tu corazón. Sentirás la respuesta en tu interior y más feliz serás. A cada situación que se te presente recuerda que siempre puedes elegir hacer Su Voluntad, ser Feliz.