Si aquello que ves te hace reaccionar de manera no amorosa significa que crees que lo que estás percibiendo está separado de ti y que tú no eres eso que estás viendo, por lo tanto estás juzgando y juzgar es siempre un ataque. Atacas aquello que consideras diferente. Estás atacando a tu propio Ser porque lo estás viendo desde la perspectiva del ego y el ego siempre ve diferencias. Todo lo que hay en el mundo puede ser visto de dos únicas maneras, o bajo la mirada del ego o bajo la mirada del amor. La mirada del amor te indica que eso que estás percibiendo y que te produce malestar no puede ser real porque el Amor es lo único real, y el amor es Dicha. Tu Ser es Amor y allá a donde mires está tu Ser. El ego te tienta con engaños pero no puede obligarte a hacer nada que no quieras hacer. Depende de ti elegir cómo mirar al mundo.
Siempre se ha tratado de una elección.
Tal vez sea útil recordar que nadie puede enfadarse con un hecho. Son siempre las interpretaciones las que dan lugar a las emociones negativas, aunque éstas parezcan estar justificadas por lo que aparentemente son los hechos o por la intensidad del enfado suscitado. Éste puede adoptar la forma de una ligera irritación, tal vez demasiado leve como para ni siquiera poderse notar claramente. O puede también manifestarse en forma de una ira desbordada acompañada de pensamientos de violencia, imaginados o aparentemente perpetrados. Esto no importa. Estas reacciones son todas lo mismo. Ponen un velo sobre la verdad, y esto no puede ser nunca una cuestión de grados. O bien la verdad es evidente, o bien no lo es. No puede ser reconocida sólo a medias. El que no es consciente de la verdad no puede sino estar contemplando ilusiones. *Los Pacificadores