Metafóricamente hablando tener el corazón abierto es estar en paz, ser amorosos, comprensivos, agradecidos, confiados... similar a como una flor abre sus pétalos al Sol. Tenerlo cerrado es estar ansioso, turbulento, enojado, o enardecido, similar a los pétalos de una flor cerrados. Uno es más receptivo al Espíritu Santo y su Guía si mantiene su corazón abierto. En cambio si continuamente expresas cólera u odio, tu sensibilidad disminuye, y puedes creerte incapaz de recibir Su Guía por lo que quizás simplemente te rindas y continúes viviendo en el dolor y el sufrimiento, porque consideres que no puedes recibir algo mejor. Son percepciones erróneas pero puedes cambiarlas cuando lo desees. No tienes que ser 'especial' para tener el corazón abierto, lo único que precisas es dar un primer paso, tener la intención de ser más amoroso, más comprensivo y lo demás vendrá solo. Esa ofrenda que des a los demás enriquecerá tu espíritu y te ayudará a encontrar tu camino.
Los Pacificadores