«Cuando surja un estado de ánimo contra alguien o a favor de alguien, no lo pongas en la persona en cuestión, sino permanece centrado.»
Si surge el odio por alguien o contra alguien, o surge el amor por alguien, ¿qué hacemos? Lo proyectamos sobre esa persona.
Si sientes odio por mí, en tu odio te olvidas completamente de ti mismo. Si sientes amor por mí, te olvidas completamente de ti mismo; sólo yo me vuelvo tu objeto. Proyectas tu amor u odio o lo que sea sobre mí. Olvidas completamente el centro interno de tu ser; el otro se vuelve el centro.
Este sutra dice que cuando surja el odio o surja el amor, o cualquier estado de ánimo por o contra alguien, no lo proyectes sobre la persona en cuestión. Recuerda: tú eres la fuente de ese estado.
Te amo: la sensación ordinaria es que tú eres la fuente de mi amor. En realidad no es así. Yo soy la fuente; tú eres tan sólo una pantalla sobre la que yo proyecto mi amor. Tú eres sólo una pantalla; yo proyecto mi amor sobre ti y digo que eres la fuente de mi amor. Esto no es un hecho, es una ficción.
Yo exteriorizo mi energía de amor y la proyecto sobre ti. En esa energía de amor proyectada sobre ti, te vuelves adorable. Puede que no seas adorable para otra persona, puede que seas absolutamente aborrecible para otra persona. ¿Por qué? Si eres la fuente del amor, entonces todo el mundo sentirá amor por ti, pero tú no eres la fuente. Yo proyecto amor, y entonces te vuelves adorable; alguien proyecta odio, y entonces te vuelves aborrecible. Y otra persona no proyecta nada, le eres indiferente; puede que ni siquiera te haya mirado. ¿Qué está pasando? Estamos proyectando nuestros propios estados de animo sobre los demás.
Por eso, si estás en tu luna de miel, la Luna parece preciosa, prodigiosa, maravillosa. Parece que el mundo entero es diferente. Y esa misma noche... puede que para tu vecino esta noche prodigiosa no exista en absoluto. Ha muerto su hijo: entonces la misma Luna es triste, intolerable. Pero para ti es encantadora, fascinante; es enloquecedora. ¿Por qué? ¿Es la Luna la fuente o es la luna tan sólo una pantalla y tú te estás proyectando a ti mismo?
Este sutra dice: «Cuando surja un estado de ánimo contra alguien o a favor de alguien, no lo pongas en la persona en cuestión;» o en el objeto en cuestión.
Permanece centrado. Recuerda que tú eres la fuente, así que no te vayas al otro, vete a la fuente.
Cuando sientas odio, no te vayas al objeto. Vete al punto desde el que viene el odio. No te vayas a la persona a la que va dirigido, sino al centro desde el que procede. Vete al centro, entra en ti. Usa tu odio o amor o ira o cualquier cosa como un viaje hacia tu centro interno, a la fuente. Entra en la fuente y permanece centrado allí.
¡Pruébalo! Ésta es una técnica muy, muy científica, muy psicológica. Alguien te ha insultado: de pronto hace erupción la ira, te acaloras. La ira fluye hacia la persona que te ha insultado. Ahora proyectarás toda esta ira sobre esa persona. Ella no ha hecho nada. Si te ha insultado, ¿qué ha hecho? Simplemente te ha pinchado, ha ayudado a que surja tu ira: pero la ira es tuya. Si esa persona va a Buda y lo insulta, no podrá crear ira en él. O si va a Jesús, Jesús le ofrecerá la otra mejilla. O si va a Bodhidharma, éste se reirá a carcajadas. Así que depende.
El otro no es la fuente; la fuente siempre está dentro de ti. El otro está golpeando la fuente, pero si no hay ira dentro de ti, no puede salir. Si golpeas a un buda, sólo saldrá compasión, porque en él sólo hay compasión. No saldrá ira, porque no hay ira en él. Si echas un balde en un pozo seco, no sale nada. En un pozo lleno de agua, echas un balde y sale agua, pero el agua es del pozo. El balde sólo ayuda a sacarla.
De modo que alguien que te insulta está simplemente echando un balde en ti, y el balde saldrá lleno de la ira, el odio o el fuego que había en ti. Tú eres la fuente, recuerda.
Para esta técnica, recuerda que tú eres la fuente de todo lo que vas proyectando en los demás. Y siempre que surja una disposición a favor o en contra, entra inmediatamente en ti y vete a la fuente de la que sale este odio. Permanece centrado ahí; no te vayas al objeto. Alguien te ha dado una oportunidad de ser consciente de tu propia ira: agradéceselo inmediatamente y olvídate de él. Cierra los ojos, entra en ti, y mira la fuente de la que está viniendo este amor o ira. ¿De dónde? Vete dentro, entra en ti. Allí encontrarás la fuente, porque la ira está viniendo de tu fuente.
El odio o el amor o lo que sea está viniendo de tu fuente. Y es fácil ir a la fuente en el momento en que estás enfadado o amando u odiando, porque entonces estás encendido. Entonces es fácil entrar en ti mismo. El cable está encendido y lo puedes usar para entrar en ti; puedes ir hacia dentro siguiendo ese calor. Y cuando llegues a un punto fresco dentro de ti, de pronto tomarás conciencia de una dimensión diferente, un mundo diferente que se abre ante ti. Usa la ira, usa el odio, usa el amor para entrar en ti.
Siempre lo usamos para ir al otro, y nos sentimos muy frustrados si no hay nadie sobre quien proyectar. Entonces proyectamos incluso en objetos inanimados. He visto a personas enfadarse con sus zapatos, tirándolos con furia. ¿Qué están haciendo? He visto a personas enfadadas empujando una puerta con furia, lanzando su ira a la puerta, maltratando a la puerta, despotricando contra la puerta. ¿Qué están haciendo?
Voy a concluir con una percepción Zen acerca de esto. Uno de los maestros Zen más sobresalientes, Lin Chi, solía decir:
«Cuando era joven me fascinaba ir en barca. Tenía una pequeña barca, y solía ir al lago solo. Me quedaba allí durante horas y horas.
»Una vez sucedió que estaba meditando en mi barca con los ojos cerrados durante una noche muy hermosa. Una barca vacía llegó flotando corriente abajo y golpeó mi barca. Tenía los ojos cerrados, así que pensé: “Hay alguien con su barca y ha golpeado la mía.” Surgió la ira. Abrí los ojos y, enfadado, iba a decirle algo a ese hombre; entonces me di cuenta de que la barca estaba vacía. No había manera de continuar. ¿A quién podía expresarle mi ira? La barca estaba vacía. Simplemente estaba flotando corriente abajo, y había llegado y golpeado mi barca. Así que no había nada que hacer. No había ninguna posibilidad de proyectar la ira en una barca vacía.»
De modo que Lin Chi dijo: «Cerré los ojos. La ira estaba allí, pero al no encontrar una salida, cerré los ojos y floté hacia dentro siguiendo la ira. Y esa barca vacía se convirtió en mi realización. Llegué a un punto dentro de mí mismo en esa noche silenciosa. Esa barca vacía fue mi maestro. Y ahora, si viene alguien y me insulta, me río y digo: “Esta barca también está vacía.” Cierro los ojos y entro en mí.»
Usa esta técnica. Puede hacer milagros para ti.
OSHO – El Libro de los Secretos