domingo, 15 de diciembre de 2013

BANDERA DE LA PAZ



"Las ideas no mueren, dormitan a veces, pero al despertarse son aún más fuertes de lo que eran antes de su sueño. No ha muerto la Bandera de la Paz. Se ha ocultado, mientras se cometan atrocidades en la guerra. Pero llegará la hora, en que de nuevo se dirigirán conscientemente a la custodia de los valores culturales, a esta base verdadera del mundo. Y no solamente ondea la Bandera de la Paz sobre unos valores culturales. Ella ondea sobre el corazón humano, sobre aquel gran tesoro, donde esta creado el futuro renovado. El corazón humano ansía la paz, y, puede ser, que este mundo ya se acerca.
Estudien la literatura sobre la Bandera de la Paz, sobre el tratado de la defensa de los tesoros culturales. No es breve esta literatura - más de trescientos libros, folletos y artículos en diferentes lenguas. Y cuántas menciones en otros libros, en ensayos y en conferencias. Cuántos pensamientos generosos, inolvidables son expresados en estas llamadas y afirmaciones. Miro la foto de nuestras conferencias en Brujas y Washington, y veo que tales reuniones no pasaron sin dejar huella. La "Oriflamma" se ha extendido por todo el mundo. En las bibliotecas están guardadas las semillas de aquellos acontecimientos. Esta noticia será pronto necesaria. Los pueblos se acordarán de los trabajos anteriores y los completarán por sus sólidos resultados. ¡Las ideas viven! ¡Volverá la Bandera de la Paz!..." 
Nicholas Roerich 1944
Pacto Roerich y Bandera de la Paz 
El Pacto Roerich y la Bandera de la Paz fueron creados y

promovidos por Nicolas Roerich, con el fin de proteger los tesoros del genio humano, estableciendo que las instituciones educativas, artísticas, científicas y religiosas, así como los lugares de relevancia cultural, debían ser declarados inviolables, y respetados por todas las naciones, tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz.

El 15 de Abril de 1935, el Pacto Roerich fue firmado en la Casa Blanca, en presencia del entonces Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, por representantes de 21 gobiernos de toda América.
  
Una nueva visión
La contribución más importante del Pacto Roerich fue la introducción de una nueva visión: que la conciencia de toda la humanidad se expande con cada acto creativo del genio humano; que hay períodos en la historia en que nuevas ideas se introducen para el beneficio de todos; y que mientras el ser humano se encuentra más a sí mismo y a trabajadores concientes en el campo de la cultura, las artes, la ciencia, las religiones y los muchos infinitos ámbitos constructivos del mundo, se vuelve imperativo que no sólo les prestemos atención, sino que apoyemos esos movimientos que mejoran la calidad de vida.
El Pacto Roerich y la Bandera de la Paz, significaron una contribución a la mejora de las condiciones mundiales, ya que representó un sendero y un llamado a la unidad internacional y a la paz mundial. El pacto fue firmado por todos los países de América, sin embargo, representó un tratado abierto a la adhesión de todos los países del mundo y generó un movimiento mundial en busca de la unidad global y rescató los valores y logros de la creatividad humana.

Profundo Significado del Pacto Roerich

Esta causa tuvo su inicio en 1929 cuando el Pacto de Paz Roerich propuso una Bandera de Paz para la protección de todos los tesoros de la Cultura.
“Serán consideradas como neutrales, y como a tales respetados y protegidos por los beligerantes, los monumentos históricos, los museos y las instituciones dedicadas a la ciencia, al arte, a la educación y a la conservación de los elementos de cultura. Igual respeto y protección se acordará al personal de las instituciones arriba mencionadas. Se acordará el mismo respeto y protección a los monumentos históricos, museos e instituciones científicas, artísticas, educativas y culturales, tanto en tiempo de paz como de guerra. 
La neutralidad, protección y respeto a los monumentos e instituciones se acordará en todo el territorio de cada uno de los Estados signatarios y accedentes, sin hacer distinción en razón de la nacionalidad a que pertenezcan. Los Gobiernos respectivos se comprometen a dictar las medidas de legislación interna necesarias para asegurar dicha protección y respeto.
Las instituciones y delegaciones que se registren serán diferenciadas a través de la Bandera distintiva de ese Pacto, lo que les otorgará especial protección y respeto por parte de los beligerantes, los gobiernos y los pueblos de todas naciones signatarias del tratado”. 
Un Congreso Internacional para el Pacto y la Bandera de la Paz fue establecido entonces, con sede central en la ciudad de Brujas, Bélgica. Este organismo difundió los ideales de ‘Paz a través de la Cultura’ con resultados sumamente significativos, demostrando contundentemente cuan valorados eran estos ideales para los corazones de la gente positiva de todo el mundo.
La lista de adherentes a la Bandera de la Paz era larga y gloriosa. La Bandera había sido ya consagrada. Votos sagrados habían sido ofrecidos para introducir la bandera en todas partes, proceso que iba concretándose gradualmente. El entonces Presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, refiriéndose al Pacto Roerich dijo en 1935: ‘Este tratado posee un significado espiritual mucho más profundo que el texto del instrumento en sí mismo’. El Pacto Roerich para la protección de los tesoros culturales, se necesita no sólo como una regulación oficial, sino como una ley educativa, que desde los primeros días de escuela, impregne en la joven generación la noble idea de salvaguardar los verdaderos valores de toda la humanidad. El tratado condena (desaprueba) no sólo la  destrucción de la Cultura en tiempos de guerra sino también todos los actos de barbarie por los cuales los símbolos de la cultura son puestos en peligro en tiempos de paz, implantando sin cesar en la mente de nuestros hijos, nuestros nietos y de todos aquellos que nos rodean, el impulso de esforzarse en la creación constructiva. Por todo esto, el tratado inscribió una página esencial en la historia de los logros de la Cultura. 
Luego de la segunda guerra mundial, el Pacto de Paz Roerich fue conocido como la ‘Cruz Roja de la Cultura’.  En verdad, tiene bastante similitud con la Cruz Roja, que en sus inicios fue recibida con cierto escepticismo y actualmente es reconocida indiscutiblemente como símbolo fundamental humanitario en defensa de la vida. Si la humanidad reconoció finalmente a la Cruz Roja para proteger a los heridos o enfermos en el aspecto físico, también reconocerá a la Bandera de la Paz como el símbolo de la prosperidad pacífica y la salud del espíritu.
Todos los centros culturales del mundo deberían proclamar incesantemente el llamado del Pacto Roerich y la Bandera de la Paz, eliminando por tanto la misma posibilidad de la guerra. Podrían ser creados por generaciones nuevas sublimes tradiciones de veneración hacia los verdaderos tesoros de la cultura.  Incansablemente,  allí donde la Bandera de la Paz se despliegue, el propio campo físico de acción de la guerra será destruido.

La herencia cultural humana debe ser declarada inviolable. Los ideales del Pacto Roerich deben prevalecer para todos. Su texto es un convenio cultural que representa la fuerza unificante necesaria para un mundo unido y en paz. Bajo el símbolo de la Bandera de la Paz, la humanidad procederá hacia la unidad de la Suprema Cultura, en la poderosa y pacifica unión formando así la ‘Liga Mundial de la Cultura’.


“El mundo está esforzándose hacia la Paz en muchas formas, y cada uno sabe en su corazón que este trabajo constructivo es una verdadera profecía de la Nueva Era. Por supuesto que las discusiones sobre la calidad comparativa de varios tipos de tanques o sobre lo aconsejable de reemplazar las armas de dos naves de guerra por una nueva nave más moderna no contribuye armoniosamente con las ideas constructivas de la Paz.

Tengamos la esperanza de que aún estas discusiones son pasos preliminares hacia el mismo gran concepto de paz que tendrá lugar gracias al amansamiento de los instintos beligerantes de las naciones, por las grandes creaciones del espíritu.

Entre tanto, continúa siendo un hecho que una pocas armas pueden destruir los más grandes tesoros del arte y de la ciencia, tan extensamente como aquellas de una flota entera. Deploramos la pérdida de las bibliotecas de Louvain y Oviedo y la irremplazable belleza de la Catedral de Rheims. Recordamos los bellos tesoros de colecciones privadas que se perdieron durante las calamidades mundiales. Pero no queremos inscribir en esos actos palabras de odio. Digamos simplemente: ‘destruidos por la ignorancia humana, reconstruidos por la esperanza humana’.

Sin embargo, errores de una forma u otra pueden ocurrir nuevamente, y por tanto, otros valiosos logros de la humanidad permanecen en constante peligro de ser destruidos. Debemos tomar precauciones y medidas en forma inmediata para prevenir tales errores de la ignorancia. Por lo tanto, protejamos como sagrados los tesoros creativos de la humanidad. En primer lugar, acordemos que, como la Cruz Roja, la Bandera pueda significativamente invocar la conciencia de los hombres para proteger lo que en esencia no pertenece sólo a una nación sino al mundo entero y constituye el verdadero motivo de orgullo de la raza humana.”Nicolas Roerich
Bandera de la Paz


El diseño de la Bandera de la Paz muestra tres esferas rodeadas por un círculo, en color magenta sobre un fondo blanco. Este símbolo representa un profundo entendimiento de la naturaleza ‘trina’ de la existencia; y para los propósitos de la Bandera de la Paz, Roerich describió los tres círculos como la totalidad de la cultura, conteniendo los tres puntos representando la Religión, el Arte y la Ciencia, como aspectos de la Cultura. También lo describió como las realizaciones de la humanidad en el Pasado, Presente y Futuro, dentro del círculo de la Eternidad. Ambas interpretaciones representan una síntesis de la vida, que es un verdadero y justo principio rector.



El símbolo Arcano ha sido utilizado en una variedad de sistemas filosóficos y religiosos, y existido desde tiempos inmemoriales, encontrándose alrededor del mundo. El ejemplo más antiguo conocido, aparece en el período paleolítico, en unas piedras en Mongolia hace más de 9000 años. En más antiguo de los símbolos indios: 'Chintamani', el signo de la felicidad, se compone de este símbolo. Uno puede también encontrarlo en el Templo del Cielo en Pekín; en los Tres Tesoros del Tibet; sobre el peto del Cristo en la famosa pintura de Memling; en la Virgen de Estrasburgo; sobre los escudos de los Cruzados; y sobre el escudo de armas de los templarios. Puede apreciarse en las hojas de las famosas espadas caucáseas conocidas como «Gurda».



Es llamativo ver el símbolo sobre los estandartes budistas y puede apreciarse en las obras de los antiguos pintores españoles y de Ticiano; en íconos antiguos; en numerosas catedrales e iglesias europeas; en antigüedades etíopes y cópticas, en aros tibetanos, en todos los países de los Himalayas y en la cerámicas del período neolítico. Puede encontrarse en las imágenes de Gessar Khan y Rigden Jyepo; en el «Tamga» de Tamerlan y en el escudo de armas de los Papas. Se puede apreciar en el ícono antiguo de San Nicolás en Bari y en el de San Sergio y de la Sagrada Trinidad. Puede encontrarse en el escudo de armas de la ciudad de Samarkand, en las montañas de Mongolia, sobre los ornamentos de los petos de Lahul, Ladak. El mismo signo esta estampado también en los corceles mongoleses.

Nada, entonces, podría ser más apropiado para unir a todas las razas que este símbolo, el cual no es un mero adorno sino un signo que lleva en sí un gran significado. Según lo expresado, ha existido por periodos de tiempo indeterminados y se puede encontrar a lo largo de todo el mundo. Nadie por tanto, puede pretender que pertenece a ninguna tradición, religión o cultura en particular: representa la evolución de la conciencia en todas sus facetas variadas.

Por la universalidad y antiguedad que presenta este símbolo, N. Roerich pensó que no habría uno más apropiado para la Bandera de la Paz, ya que une a todas las culturas y a todos los pueblos del mundo. Cuando se trata de defenderlos tesoros del mundo, no se podría escoger un mejor símbolo, puesto que es universal, de una antigüedad indescifrable, y carga con un significado que puede encontrar eco en todo corazón humano.

Si bien la Bandera de la Paz fue creada por el artista Nicolás Roerich en la década de 1920, fue introducida oficialmente a través del Pacto Roerich, firmado en 1935 por veintiún países de América, con el fin de proteger y respetar los monumentos, tesoros y espacios artísticos y culturales tanto en tiempo de guerra como de paz.

En el presente, y luego de la segunda guerra mundial, su significado cobra otro valor, preservando el Derecho Universal de elección de los Pueblos de la Tierra a vivir en Paz, y los valores humanos que ayudaran a conservar la vida misma de nuestro Planeta.

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