sábado, 12 de diciembre de 2015

ARMONÍA E INTUICIÓN



Thierry Keller nació en una familia de músicos. Fue mecido en la armonía musical desde una temprana edad. Mientras escuchaba a Mozart, Beethoven y Chopin de joven, se dio cuenta de que ciertas obras fluyen. Esta percepción de la armonía se convirtió en su base, considerando los sentidos como aberturas hacia la armonía que se deben abrir simultáneamente para recibir la información estimulante y convergente del mundo. 

Más allá de mejorar los sentidos a través de la investigación sobre las percepciones sintónicas armónicas, y más allá del refinamiento conceptual y matemático, es la atención interior a la intuición que mejor caracteriza su enfoque creativo.

La armonía musical estructura las obras de Thierry y sus creaciones. A nivel subjetivo, la armonía es a la vez un marcador de calidad en las percepciones y la puerta de entrada a un universo conceptual y matemático, encubriendo las ecuaciones naturales de orden y belleza. 

En cuanto sumergimos nuestros pensamientos en la estructura misteriosa de la armonía, estamos en buena compañía: la proporción áurea, la secuencia de Fibonacci, la espiral de oro... El camino del álgebra a la geometría es el que conduce el pensamiento a la imaginación, es decir, desde el concepto al plan, y luego a la implementación.

Cuando una idea se encarna, se convierte progresivamente en un conjunto de formas y fuerzas. 

Según muchos autores sobre los cuales Thierry basa sus trabajos, la armonía es la clave universal que abraza la continuidad de los fenómenos visibles e invisibles.

La proporción áurea, la clave matemática de la armonía, se utiliza para dibujar la espiral de oro que es el modelo para muchas de las creaciones de la naturaleza. Del mismo modo, los vórtices que vitalizan el agua, ya sean líquidos o magnéticos, siguen una rigurosa estructura.

Los lagos de montaña capturan las ondas vitales del cosmos. Son acumuladores naturales y transmiten al agua energía y flujos de información que llegan desde el espacio. Esto ha sido demostrado, se puede medir y es muy prometedor para el futuro de la Humanidad. Sólo tenemos que tomar conciencia de ello y actuar en consecuencia.

Sin embargo, como dice Eliphas Levi, no se trata de un mundo visible y otro mundo invisible. Sino que existen diferentes niveles de perfección en los órganos de percepción. El pensamiento comprende un componente de percepción: la intuición.

Tesla descubrió el principio de la resonancia. Este fenómeno explica cómo funciona el Do universal, y el efecto del anillo. La resonancia funciona para el sonido, pero también para estructuras magnéticas e incluso para los pensamientos. 

Pensar correctamente nos pone en resonancia con las fuerzas de la naturaleza. Pensar es razonar y resonar. Si la naturaleza está bien hecha, y hay razón para creerlo, un pensamiento vinculado a la naturaleza será armonioso, armónico. 

De hecho, es importante filtrar lo que entra por nuestros sentidos: las percepciones armónicas nos conectan con el “poder transformador de la belleza”, según la expresión sublime de Helene Grimaud, que también afirma: “La belleza no es sólo lo que te trae de vuelta a lo que eres, sino a cómo puedes mejorar”.

Uno de los aspectos de la física cuántica consiste en trabajar en los niveles de energía y la estructuración de la materia, interactuando con ciertos niveles de la conciencia humana, ya sea por resonancia, armónica, o polaridad, etc. Es por esta razón que los experimentos que utilizan los dispositivos de investigación más caros y potentes pueden llevar a conclusiones erróneas. Nuestra atención y nuestras intenciones actúan primero en el agua en nuestro cuerpo, y luego en nuestra biología. En nuestro cuerpo como en la naturaleza, el agua actúa como mediador de la cohesión física e informativa. Los campos magnéticos juegan un papel muy similar en la naturaleza, pero en otro aspecto... el invisible. Lo que sucede entre el agua y los campos magnéticos nos permite comprender muchos fenómenos.

Durante sus estudios, Thierry aprendió que los extensos estudios científicos generalmente llevan el pensamiento y la creatividad a callejones sin salida debido a la excesiva especialización que detracta de la percepción general:

Al visionar las cosas por separado nos detractamos de la verdad. Tenemos que ver la imagen en su conjunto. Una mano sin el brazo, el hombre detrás, y el cerebro... no sirve de nada. Tenemos una conciencia, ¡así que debemos utilizarla!”.

Por consiguiente, Thierry utilizó la intuición y su conexión con la naturaleza como sus primeras herramientas de trabajo. Su método, que dio origen a la Fuente Magnética, es el proceso creativo intuitivo que consiste en conectar con el Cosmos (de κόσμος en griego: kosmos significa “mundo ordenado”), la armonía, siendo el indicador de una percepción pertinente en consonancia con las fuerzas organizadoras de la vida.

La conexión con el cosmos, con la naturaleza, con el universo, es la simple relación natural del hombre con su entorno y se obtiene mediante el cultivo de la receptividad y la disponibilidad. En esta condición, la intuición captura o formula nuevos conceptos.

Mientras observaba la naturaleza durante sus retiros solitarios en las montañas, Thierry se inspiró para la extensa investigación que le llevó a releer viejos Tratados sobre la alquimia y a compilar las últimas investigaciones sobre la dinámica de fluidos, el electromagnetismo, la teoría de la información... para crear finalmente la Fuente Magnética que representa la culminación de muchos años de investigación.

Thierry siempre lleva consigo un cuaderno de apuntes para anotar sus ideas según surjan. Esta costumbre práctica también le permite darse cuenta de que la creatividad viene en ciclos de 28 días. Cada mujer sabe que la creación humana es misteriosamente influenciada por la luna. Para los alquimistas, esto es un elemento básico en la creación de sus trabajos. Es un hecho evidente que sería beneficioso para nuestra civilización en todo el mundo si fuera redescubierto.

El ciclo de la creación intuitiva consiste en ser receptivo, anotando las ideas cuando vienen y luego pasando a su implementación. Hay tiempos para sembrar y tiempos para cosechar, al igual que en la vida interior del ser humano. Es importante permanecer receptivos a lo que sucede dentro de uno mismo. Cuando una idea se crea, surge una nueva intuición con una evidente progresión cualitativa. La implementación de una idea deja espacio para recibir a otra. Todo el mundo puede beneficiarse de este método simple y efectivo.

Thierry recomienda a los estudiantes, especialmente los de ciencia, no negar su intuición que es y seguirá siendo su herramienta de trabajo más noble y poderosa. Si la materia inerte se rige por leyes fijas, es innegable que la conciencia y la libertad aumentan de acorde con la complejidad de los organismos vivos.
La conciencia humana utiliza el pensamiento como herramienta que funciona de manera óptima cuando sirve a la vida, la cual es creativa por naturaleza. 
El rigor metodológico es una cualidad de trabajo destinada para operar la  materia de la mejor manera. La materia inerte y los tejidos vivos no tienen la misma lógica. La lógica, que se acerca a la geometría, puede aplicarse con éxito a los sólidos, líquidos y gases. Para pensar el plasma ya necesitamos algo más. Después de la lógica, existe la “bio lógica”, porque lo vivo tiene sus propias reglas de organización. Luego, existe la “psico lógica” que está en el nivel más complejo de la información en los organismos vivos. Más allá de eso... digamos que es la intuición la que asegura el contacto y nos guía hacia la sintonización correcta de estos tres niveles.

A su velocidad máxima, el pensamiento es receptivo a través de la intuición y cuando vuelve a descender al mundo denso, se materializa, se condensada, y crea a través del rigor y la precisión. Por consiguiente, el pensamiento necesita ser fluido para crear, y luego densificarse para su aplicación. Este delicado formato consiste en aceptar que se puede ser creativo, permaneciendo a la vez en la zona densa del pensamiento. Cometer un error en este aspecto lleva a la pérdida de la creatividad que es, en realidad, la esencia de la vida.

La ciencia yóguica india representa 5.000 años de investigación ininterrumpida en fisiología y psicología. Esta profunda civilización ha identificado claramente las diferentes capas de pensamiento. No es casualidad que Tesla leyó con diligencia a los Vedas y los Upanishads... ¿de dónde cree que obtuvo su visión de un campo de energía universal? Del mismo modo, los trabajos de Reich sobre el orgón son solo la base de la ciencia india de pranayama: la ciencia de la energía vital y la respiración.

El que profundiza sus pensamientos en la materia verá progresivamente menos lejos. 

Es bueno centrarse en los detalles pero sobre todo, es importante saber mantener una visión general. Es sólo a través de un ir-y-venir entre ambas visiones que poco a poco se puede acumular un conocimiento que verdaderamente se corresponde a las leyes del Universo. Todo lo que está arriba es como lo que está abajo... y lo importante es unirlos con un doble vórtice por ejemplo, para crear de ello algo único.

La intuición es la zona de contacto para todo aquello que aún está por descubrir e inventar.

Thierry dice que “al utilizar sus habilidades para el bien de los demás, es cierto; la naturaleza le premia enviándole vitaminas”. Para recibir estas vitaminas cósmicas, es importante cultivar su conexión con la naturaleza y permanecer disponible y abierto. 

Un verdadero problema de nuestros tiempos es que muchos de nosotros estamos continuamente ocupados tratando de satisfacer nuestras necesidades. Queda poco tiempo para vivir de verdad, para estar conectado y ser responsivo. Sin embargo, éste es precisamente el equilibrio, el bienestar y la alegría que todos buscamos. Por esta razón, Thierry es aficionado a la frase de Christian Tal Chaleur: “la solución... ¡es sustituir los problemas por la vida real!”.

El vivir, ser creativos y utilizar la intuición para nuestro bienestar y el de los demás requiere un poco de limpieza en nuestro marco de vida.




Extraído del artículo sobre Thierry Keller ver completo aquí: Fontaine Magnetique