martes, 17 de diciembre de 2013

EL CAMPO ELÉCTRICO



Pier RUBESA es un investigador independiente que se especializa en los campos de vibración, acústica y eléctrica que se pueden medir alrededor de todos los seres vivos y el agua. Creó el Sonoscopio, un dispositivo que actúa como un microscopio de sonido para poner de relieve (después de tratamiento por ordenador) los campos bio-eléctricos de los seres vivos. El Sonoscopio se utiliza para explorar las propiedades del agua más allá de su composición química, descubriendo un espectro de frecuencias electromagnéticas cuya distribución es indicativa de sus propiedades biológicas. Pier RUBESA trabaja con muchas universidades en varios países sobre temas que van desde la agronomía a la atención médica. 

“Estudio los campos eléctricos emitidos por todos los seres vivos; los seres humanos, las plantas, los animales, el agua, pero también las células, los órganos... Estos campos eléctricos son conocidos desde hace más de un siglo, pero fueron considerados por los científicos como una especie de ruido no deseado. 
Este fenómeno es un campo sutil. Consiste en un campo eléctrico a la frecuencia de audio, en las bajas frecuencias, que se puede escuchar eléctricamente sin la acústica. Siempre está presente a nuestro alrededor: es la música silenciosa de una interacción entre los seres humanos,  los animales y las plantas... 

Este fenómeno es dinámico. Varía constantemente con nuestra respiración, el latido del corazón, la digestión, etc., de modo que el campo eléctrico emitido nunca es el mismo, aunque tenga características que son únicas para cada ser vivo. 

Todo ser viviente emite su propio campo eléctrico. La diferencia es que la forma de nuestro dedo es fija, mientras que nuestro campo eléctrico es dinámico. Cada uno de nuestros movimientos cambia nuestro campo eléctrico. Porque el movimiento es una vibración: abrir los brazos o mover la cabeza modifica el campo eléctrico que emitimos.

La naturaleza sin duda produce un gran efecto en nosotros. Cuando caminamos en un bosque, en un campo, al lado de un río o cerca de la costa, se crea una acción eléctrica muy específica en lo más profundo de nuestro ser. Los análisis muestran que recibimos información eléctrica que interactúa con los procesos atómicos y moleculares en nuestro cuerpo. Esta acción eléctrica, ahora demostrable de manera científica, es fundamental para entender la vida, la salud y nuestro bienestar. Además, es un fenómeno único e individual.

La interacción, por lo tanto, no es idéntica de una persona a otra, ni de una planta a otra...  No, esta acción es realmente única. Algunos responden mejor a algunas plantas que a otras. Lo mismo ocurre con los animales. 

Desde mi punto de vista, todo lo que vive tiene una una forma de conciencia, pero mi investigación no puede probar esto de forma indudable. 

He medido el efecto de la música en las plantas: vemos cambios inmediatos en su campo eléctrico. Esto tiene sentido, ya que la música es un fenómeno físico que se manifiesta en el espacio con sus vibraciones, sus ondas y su propia fuerza. También comunica información, la cual reacciona con lo vivo, ya sean plantas, animales o seres humanos, cambiando así su campo eléctrico. 

Mis estudios muestran que cuanto más estructurada sea la música, mejor funciona en las plantas mediante el aumento o la mejora de las características de su campo eléctrico. Ejemplos de música estructurada incluyen música barroca, música clásica o algunas formas de jazz. Por otro lado y casi como era de esperar, el heavy metal perturba el campo eléctrico, ya que se mueve demasiado. La música tecno también reduce y destruye la estructura de este campo. Sin embargo, esto no ocurre en todos los casos debido a que cada ser es único y puede adaptarse. En general, podemos decir que ciertos estilos de música o sonidos destruyen el campo eléctrico de las plantas. 

Lo mismo se aplica en la vida urbana... 

En efecto, el ruido de la calle, el tráfico, cientos de canales de música y de televisión... crean un caos de sonido. Se sabe que las ondas sonoras pasan a través de la materia y por lo tanto a través de nuestro cuerpo también, afectando a los nervios, los músculos y los huesos. Esto nos cansa puesto que destruye las estructuras vibratorias de nuestro cuerpo. El silencio permite que nuestro campo se forme sin influencias externas. Por eso es muy importante prestar atención a los sonidos a los cuales nos exponemos y buscar a veces estar rodeados de silencio.

En caso de enfermedad, existe un proceso químico pero la enfermedad comienza en gran parte mediante la modificación del campo eléctrico. Esto es normal porque nuestro campo eléctrico es la barrera de información que nos protege y es fundamental en este proceso. He realizado muchos experimentos sobre la influencia de las plantas en la salud. Parece que el vivir en un entorno con plantas recarga nuestro campo eléctrico y nos puede sanar. 

También hemos efectuado pruebas sobre la acción de extractos de plantas, infusiones de hierbas o la aplicación de aceites esenciales. Hemos encontrado que cambian la información en el campo eléctrico de una persona drásticamente porque las plantas no sólo generan una acción química, sino que comunican información a través del campo eléctrico, lo cual permite que nuestro cuerpo reaccione; a veces fuertemente incluso si sólo se trata de un extracto.

Anteriormente, usted mencionó el bosque... 

Cuando entramos en un bosque, se activa una reacción en cadena: a medida que avanzamos más allá del primer árbol, éste reacciona a nuestra presencia y transmite información a todo el bosque en un instante. Por lo tanto, sabe de nuestra presencia porque existe una comunicación sutil, la cual provoca una interacción real: nosotros influenciamos al árbol y el árbol también nos influye a nosotros. Todos ya sabíamos esto hasta cierto punto, pero nuestra contribución consiste en poder medirlo. Obviamente, este efecto es particularmente beneficioso para nosotros. 

He realizado muchas pruebas sobre el agua, junto con universidades y grandes empresas en Francia, los Estados Unidos y Japón. El agua es una materia especial; es muy bioactiva y podemos medir su campo eléctrico. Hemos encontrado que éste se modifica simplemente al poner una planta al lado. 

Uno de los experimentos más interesantes que he realizado en estos últimos cinco años se centró en el agua. Se llevó a cabo en un laboratorio en Suiza, en una habitación completamente aislada de la influencia de las ondas externas, ya sean electromagnéticas, acústicas, luminosas, etc. Se realizó este simple experimento con varias personas, en varias ocasiones y en diferentes días: se colocó un vaso de agua sobre una mesa, la puerta de la habitación estaba cerrada, y por lo tanto, se registró sólo el agua. Luego entró una persona que se posicionó en medio del espacio a unos 3 metros del vaso. Tuvo que cerrar los ojos y contar hasta 30 antes de abrirlos, mientras se concentraba en un pensamiento sobre este vaso de agua. Todos los resultados son exactamente los mismos: ¡el agua también reacciona a la mirada, con la modificación del campo eléctrico en todas las fases! Estos experimentos nos siguen desafiando: ¿qué será este fenómeno que hemos medido en condiciones realmente científicas? 

La pregunta es, si es posible cambiar e influenciar las plantas con nuestros pensamientos... Como ya hemos explicado, un pensamiento puede cambiar un campo eléctrico que influye en nuestro entorno. Por tanto, estoy convencido de que con nuestros pensamientos, podemos transformar e influenciar no sólo las plantas y el agua, sino también a nosotros mismos y a nuestro mundo.