"– ¿Pero entonces quién soy yo ahora?. No comprendo –dijo Itzel finalmente–. Sí, es cierto que me he percibido muy cambiada, me he dado cuenta que he perdido el interés en cosas que antes me parecían muy importantes y que ahora sé cosas nuevas sin saber cómo, pero recuerdo mi nombre y todos los detalles de mi vida, por ejemplo.
– ¡Sigo siendo yo misma! ¿O no? –afirmó Itzel a modo de interrogante–.
El profesor respondió diciendo:
– La pregunta más fundamental detrás de esto creo que sería: ¿Qué es lo que constituye o conforma al ego, la personalidad o a la idea del yo? La transmigración, como se conoce al proceso al que estamos haciendo referencia en este momento, toma un largo tiempo. Las escuelas de conocimiento hablan de un proceso de siete años indispensable para lograr la transformación de cualquier individuo.
El ritual de muerte renacimiento de tres días en total obscuridad activa un mecanismo interno que permite la retirada de las energías preexistentes y la entrada de otras nuevas que impregnan al cuerpo en el momento del nacimiento. Lo mismo ocurre con cualquier muerte, solo que cuando es necesario crear otro cuerpo físico su desarrollo toma muchos más años.
Quizá has escuchado sobre personas que tienen muertes clínicas o que después de un estado de coma con frecuencia regresan profundamente transformadas, en su forma de sentir, de pensar e incluso sus relaciones afectivas, gustos e intereses se modifican tan radicalmente que sus propias parejas, amigos y familiares los desconocen.
Itzel poco a poco integraba esas ideas dentro de sí conscientemente, pero le surgían más preguntas.
– Pero esas personas que regresan entonces ¿Quiénes son, quienes se meten dentro de ellos, puede ser cualquiera o cómo?
El torrente de preguntas que salía por la boca de Itzel evidenciaba por un lado la intensa actividad de su cuerpo mental re-acomodando nueva información sobre la muerte de su yo, proceso que igualmente afectaba a su cuerpo emocional alterándolo. Esa sabiduría interna que a modo de semilla germinaba en ella la llevó a decidirse detener sus preguntas, respirar profundamente y guardar silencio. Segundos después se encontraba un poco más tranquila y entonces el profesor retomó la palabra.
– La perspectiva espiritual que permite comprender que la muerte no existe, igualmente hace evidente que existe un orden último y Superior que todo lo rige. Por tanto ningún espíritu puede tomar un cuerpo a menos que quien lo ocupa abra las puertas voluntariamente de alguna forma, consciente o inconsciente. Ya habíamos mencionado las drogas y el alcohol, solo por citar solo dos ejemplos.
Esas personas que regresan del coma o de la muerte clínica lo hacen porque tienen una misión que terminar y por ello deciden regresar a sus cuerpos, algunas veces ellos mismos, otras veces digamos acompañados y en otras, al sentir que ya no les son útiles o al saber que han terminado sus misiones, aceptan entregar sus cuerpos a otros seres con el fin de que puedan aprovecharlos y llevar a cabo su propia misión. Esa es una ventaja muy importante.
Por ejemplo, si una persona que habla cierto idioma, vive en cierto país y tiene cierto empleo o conocimientos o relaciones y ciertos medios de vida entrega voluntariamente su cuerpo, el ser que lo toma puede aprovechar todo ese bagaje para expresarse y realizar una misión. De otra forma el nuevo ser que se va a expresar en esta dimensión o realidad debe escoger los padres para nacer y vivir la vida que le corresponde, pero para llegar a ciertos niveles de desarrollo, por ejemplo ser capaz de hablar o aprender a leer y a escribir o llegar a ser considerado adulto y ser tomado en cuenta puede requerir más años. Aunque igualmente hay siempre casos extraordinarios que vienen a enseñarnos a romper barreras mentales y que son considerados niños genios por ejemplo, como los grandes maestros.
– El recuerdo y el olvido son solo ilusiones de la mente individual, del yo. Recursos convenientes pues sería agobiante recordarlo absolutamente todo. Como en el caso de una computadora, ello consumiría demasiados recursos y entorpecería el funcionamiento del sistema. Pero a la Mente Universal, donde se conserva todo el conocimiento, de forma análoga al Internet, se puede acceder según se requiera y en todo momento a menos que existan bloqueos. Esa mente universal capaz de contener toda la información de todo espacio y momento del pasado presente y futuro es conocida de muchas formas, entre ellas registro Akáshico.
Al reconocer Itzel aquella palabra algo en su mente se acomodó de manera muy importante y se empezó a dar cuenta de manera muy profunda de que, efectivamente, existía un orden Superior que todo lo regulaba. Aquella contundente y esperanzadora revelación le proporcionaba una gran sensación de paz..."
Fragmento tomado del libro "La Máquina Sagrada" de Pablo Sotelo.
Fuente: http://maquinasagrada.soopbook.es/