¿Es posible que los restos megalíticos nos estén comunicando algo y no seamos capaces de entenderlos? Para ello hay que ir más allá de nuestras creencias, de aquello que nos han contado, hay que pisar arenas movedizas y entrar a un mundo en el que la realidad es otra, donde nuestro planeta es quien nos está ayudando mediante señales escondidas, como la de los megalitos...
Los megalitos son grandes estructuras de piedra o un grupo de piedras verticales que se cree que tienen un significado religioso, el término megalito significa “piedra grande”, y se deriva de las palabras griegas “megas” (grand”) y “lithos” (piedra). Sin embargo, el significado general de megalitos incluye cualquier estructura compuesta de piedras de gran tamaño que incluye tumbas y estructuras circulares de pie.
Los megalitos son grandes estructuras de piedra o un grupo de piedras verticales que se cree que tienen un significado religioso, el término megalito significa “piedra grande”, y se deriva de las palabras griegas “megas” (grand”) y “lithos” (piedra). Sin embargo, el significado general de megalitos incluye cualquier estructura compuesta de piedras de gran tamaño que incluye tumbas y estructuras circulares de pie.
Se denominan dólmenes a las cámaras formadas por soportes verticales y cubiertas por bloques horizontales; pueden ser simples (trilitos) o formar verdaderas galerías o corredores (dólmenes de corredor). Menhires son las grandes piedras dispuestas verticalmente; si los menhires se hallan dispuestos en círculo tenemos un cromlech y si están en fila, se habla simplemente de alineamientos.
Dentro del fenómeno megalítico hay que incluir, además, una variada gama de construcciones funerarias complejas que básicamente tienen la estructura de un dolmen de corredores, pero complicada por la presencia de una o varias cámaras y que están recubiertas exteriormente de tierra a modo de túmulo. Las cámaras interiores, circulares por lo general, que ofrecen este tipo de enterramientos están, a veces, cubiertas por falsas bóvedas por aproximación de hiladas, es decir, por piedras superpuestas y cada vez más próximas de abajo arriba hasta cubrir el espacio asemejando una bóveda semiesférica; en este caso se habla de un tholo, término tomado del arte del Egeo.
Sus orígenes y propósitos han sido origen de diversas preguntas tanto para los expertos como para la gente común desde hace siglos. La especulación general en cuanto a sus propósitos es que los megalitos fueron utilizados para actividades religiosas, sitios de entierro, y observatorios astronómicos para el sol y otros cuerpos celestes. Se dice que algunos megalitos poseen fuerzas sobrenaturales o electromagnéticas. Algunos menhires por ejemplo tienen energía que emana de ellos (las fotografías han demostrado esta energía, en forma de luz, irradiada por las piedras).
Según algunos amantes de los enigmas, los menhires se yerguen en los lugares donde fluye una energía desconocida, siendo éstos por tanto sus transformadores o acumuladores. Las enigmáticas fuerzas se manifiestan con mayor intensidad el día de solsticio de verano, el 21 de junio.
¿Y si nuestros antepasados hubieran conocido los efectos de la radiación?
Las edificaciones megalíticas celtas, como Stonehenge, continúan siendo uno de los grandes misterios de la arquitectura humana. El por qué de su construcción, su utilidad real o su significado religioso constituyen un reto permanente para arqueólogos de todas las épocas.
Este gran monumento de finales del neolítico (~3100-2500 a. C) está construido con grandes bloques de arenisca y arenisca azul (bluestone), ricas en cuarzo y feldespato, arenisca micácea y pequeños bloques de granito que se disponen en forma de círculos concéntricos con un altar central de significado y utilidad inciertas.
Se ha especulado que podría estar en relación con prácticas religiosas, con enterramientos rituales o, incluso, tratarse de un observatorio astronómico. Pero en 2008 los arqueólogos británicos Tim Darvill y Geoffrey Wainwright sugirieron la hipótesis de que Stonehenge fuese, en realidad, un antiguo lugar de peregrinaje y sanación, una suerte de “Lourdes” del Neolítico y que hasta allí se desplazaban los enfermos para curarse.
Esta idea se sustenta en parte por los hallazgos en los enterramientos allí realizados de huesos con traumatismos y deformidades o de cráneos con indicios de haber sido trepanados. Además, el análisis de estos restos ha revelado que el origen de muchos de estos cuerpos allí enterrados no pertenecía al área geográfica de Stonehenge.
Este gran monumento de finales del neolítico (~3100-2500 a. C) está construido con grandes bloques de arenisca y arenisca azul (bluestone), ricas en cuarzo y feldespato, arenisca micácea y pequeños bloques de granito que se disponen en forma de círculos concéntricos con un altar central de significado y utilidad inciertas.
Se ha especulado que podría estar en relación con prácticas religiosas, con enterramientos rituales o, incluso, tratarse de un observatorio astronómico. Pero en 2008 los arqueólogos británicos Tim Darvill y Geoffrey Wainwright sugirieron la hipótesis de que Stonehenge fuese, en realidad, un antiguo lugar de peregrinaje y sanación, una suerte de “Lourdes” del Neolítico y que hasta allí se desplazaban los enfermos para curarse.
Esta idea se sustenta en parte por los hallazgos en los enterramientos allí realizados de huesos con traumatismos y deformidades o de cráneos con indicios de haber sido trepanados. Además, el análisis de estos restos ha revelado que el origen de muchos de estos cuerpos allí enterrados no pertenecía al área geográfica de Stonehenge.
De acuerdo al trabajo de los dos investigadores citados, la clave de las propiedades sanatorias de Stonehenge estaría en su círculo más interno, el formado por las “piedras azules” (bluestones), que serían utilizadas bien como amuletos que se portaban en contacto con la piel o bien tras ponerlas en contacto con el agua y usando esta misma que adquiría sus propiedades curativas.
Lo que llama la atención de estas piedras azules, que pesan entre 3 y 6 toneladas cada una, es que son rocas ígneas (principalmente doleritas y riolitas volcánicas) que solamente se encuentran en cantidad suficiente en Preseli Hills, en Gales, a más de 250 Km. de su emplazamiento final en Wiltishire, en el sur de Inglaterra, y que debieron ser trasladadas con enorme esfuerzo hasta su emplazamiento definitivo teniendo en cuenta los medios de la época.
Lo que llama la atención de estas piedras azules, que pesan entre 3 y 6 toneladas cada una, es que son rocas ígneas (principalmente doleritas y riolitas volcánicas) que solamente se encuentran en cantidad suficiente en Preseli Hills, en Gales, a más de 250 Km. de su emplazamiento final en Wiltishire, en el sur de Inglaterra, y que debieron ser trasladadas con enorme esfuerzo hasta su emplazamiento definitivo teniendo en cuenta los medios de la época.
Pero si interesante parece la historia de Stonehenge, sin duda lo es más la de otro monumento megalítico de la Edad de Bronce, Mên-an-Tol (“piedra agujereada” en la lengua de Cornualles) localizado en los páramos del norte de Madron, en Cornwall, Reino Unido.
Mên-an-Tol consta de tres piedras de granito verticales: una piedra redonda con su centro agujereado junto con dos piedras verticales pequeñas a cada lado, por delante y por detrás del agujero. Su antigüedad es incierta, pero por lo general se le asigna a la Edad de Bronce.
De acuerdo a la tradición, esta piedra tiene la reputación de curar y vigorizar a las personas que pasan a través de ella. Se conoce la realización de rituales tradicionales en que participaban niños desnudos que pasaban tres veces a través de la piedra agujereada arrastrándose posteriormente a lo largo de la hierba tres veces en dirección este. Este ritual se creía que podía curar la escrófula (una forma de tuberculosis) y el raquitismo.
Igualmente, los adultos que buscaban alivio del reumatismo, de problemas de la columna vertebral o incluso de la malaria, debían arrastrarse a través del agujero nueve veces contra el sol. Durante siglos, estas tradiciones se han mantenido y han sido innumerables los enfermos que han buscado su cura en Mên-an-Tol.
El arqueólogo Paul Devereux demostró que los niveles de radiación alrededor de los bordes interiores del agujero son aproximadamente el doble de los niveles de la radiación de fondo del entorno.
Mên-an-Tol consta de tres piedras de granito verticales: una piedra redonda con su centro agujereado junto con dos piedras verticales pequeñas a cada lado, por delante y por detrás del agujero. Su antigüedad es incierta, pero por lo general se le asigna a la Edad de Bronce.
De acuerdo a la tradición, esta piedra tiene la reputación de curar y vigorizar a las personas que pasan a través de ella. Se conoce la realización de rituales tradicionales en que participaban niños desnudos que pasaban tres veces a través de la piedra agujereada arrastrándose posteriormente a lo largo de la hierba tres veces en dirección este. Este ritual se creía que podía curar la escrófula (una forma de tuberculosis) y el raquitismo.
Igualmente, los adultos que buscaban alivio del reumatismo, de problemas de la columna vertebral o incluso de la malaria, debían arrastrarse a través del agujero nueve veces contra el sol. Durante siglos, estas tradiciones se han mantenido y han sido innumerables los enfermos que han buscado su cura en Mên-an-Tol.
El arqueólogo Paul Devereux demostró que los niveles de radiación alrededor de los bordes interiores del agujero son aproximadamente el doble de los niveles de la radiación de fondo del entorno.
Monumentos similares, consistentes en grandes rocas agujereadas, se han localizado en otros muchos puntos del planeta. En Michinhampton, en el condado de Gloucestershire (Reino Unido), se encuentra la conocida como Long Stone. Esta losa de piedra caliza tiene dos agujeros y, de acuerdo al folclore popular, las madres pasaban a sus hijos a través del mayor de los mismos para curarlos de la tos ferina, la viruela, el raquitismo y “otras enfermedades infantiles”.
Una práctica similar se realizaba en Tolvan Stone, también en Cornwall. Aquí la ceremonia involucraba el paso del niño nueve veces a través del agujero, alternativamente de un lado a otro.
En Irlanda se encuentra Tobernaveen Holed Stone, una losa de granito que se eleva 2 m por encima del suelo, y probablemente se extiende bastante más debajo de la tierra y que se han mantenido en posición vertical durante siglos Presenta una abertura de aproximadamente 1 m por 75 cm. Se cree que en tiempos se utilizaba para la realización de ritos paganos.
Según la tradición popular, los niños que sufrían de sarampión u otras enfermedades infantiles buscaban su curación pasando través del orificio de la losa.
Una práctica similar se realizaba en Tolvan Stone, también en Cornwall. Aquí la ceremonia involucraba el paso del niño nueve veces a través del agujero, alternativamente de un lado a otro.
En Irlanda se encuentra Tobernaveen Holed Stone, una losa de granito que se eleva 2 m por encima del suelo, y probablemente se extiende bastante más debajo de la tierra y que se han mantenido en posición vertical durante siglos Presenta una abertura de aproximadamente 1 m por 75 cm. Se cree que en tiempos se utilizaba para la realización de ritos paganos.
Según la tradición popular, los niños que sufrían de sarampión u otras enfermedades infantiles buscaban su curación pasando través del orificio de la losa.
Construcciones similares se han encontrado en los Países Bajos (Hunebedden), Rusia, Estados Unidos (Burnt Hill Site-Western Massachusetts; Mystery Hill, North Salem, New Hampshire), India (Chokahatu) o en el norte de Ghana (Tonna’ab).
La existencia de estos monumentos, así como la leyenda de sus propiedades curativas transmitida a lo largo de los tiempos, apoya la hipótesis del conocimiento que nuestros antepasados tenían del efecto beneficioso de la irradiación a dosis bajas.
Cada vez es mayor la evidencia que apoya la posibilidad de que la radiación a dosis bajas carezca no sólo de efectos perjudiciales en los seres vivos, incluidos los humanos, sino de que sea beneficiosa e, incluso, necesaria. Esta hipótesis ha generado la reactivación de un viejo concepto como es la hormesis. Hormesis (del griego ὁρμάω “estimular”), fue definida como la respuesta bifásica en que ciertos agentes químicos y físicos afectan a los seres vivos: dosis bajas provocan efectos «favorables», dosis altas provocan efectos «adversos».
Este concepto ahora es conocido como “hormesis por radiación” y en los últimos años ha generado un renovado interés. el Modelo Hermético se contrapone actualmente al tradicional Modelo Lineal sin Umbral (LNT, Linear No-Threshold), vigente desde los años 50.
Cada vez es mayor la evidencia que apoya la posibilidad de que la radiación a dosis bajas carezca no sólo de efectos perjudiciales en los seres vivos, incluidos los humanos, sino de que sea beneficiosa e, incluso, necesaria. Esta hipótesis ha generado la reactivación de un viejo concepto como es la hormesis. Hormesis (del griego ὁρμάω “estimular”), fue definida como la respuesta bifásica en que ciertos agentes químicos y físicos afectan a los seres vivos: dosis bajas provocan efectos «favorables», dosis altas provocan efectos «adversos».
Este concepto ahora es conocido como “hormesis por radiación” y en los últimos años ha generado un renovado interés. el Modelo Hermético se contrapone actualmente al tradicional Modelo Lineal sin Umbral (LNT, Linear No-Threshold), vigente desde los años 50.
La hormesis hace referencia a los efectos beneficiosos para la salud que se asocian con la irradiación a dosis bajas, y suponen una suerte de radioterapia primitiva. La relación con los monumentos megalíticos de la Edad de Bronce vendría determinada por la radiactividad asociada a los minerales con los que están edificados.
La tabla recoge las emisiones de Uranio-238 y Torio-232 que emiten distintas rocas y minerales y que constituirían la base física que explica los fenómenos de hormesis.
La tabla recoge las emisiones de Uranio-238 y Torio-232 que emiten distintas rocas y minerales y que constituirían la base física que explica los fenómenos de hormesis.
Estos hechos refuerzan la idea de que nuestros antepasados conocían, ya en la Edad de Bronce, los efectos de la radiación sobre el organismo, aunque no pudieran explicarla. Y de la posibilidad de su empleo para el tratamiento de distintas enfermedades.
Así ocurre también con el menhir de Klobuky, en Bohemia, una piedra de tres metros y medio, que se alza en medio de los campos. Los aficionados a los enigmas verificaron, supuestamente, que en las inmediaciones de la piedra disminuye la intensidad del campo magnético y que antes de la salida del sol el día de solsticio dicho campo registra una importante oscilación. Los científicos refutaron estos resultados, alegando que fueron obtenidos con métodos poco confiables. Los amigos de los enigmas repitieron por eso las mediciones, pero con eso no lograron hacer desaparecer sus discrepancias con los científicos.
Y no tenemos que viajar a Klobuky para presenciarlo. Basta con quedarse en Praga. En el barrio praguense de Chabry se alza un menhir más pequeño. No hace mucho se veía cómo acudieron al menhir con sus pupilos maestras de una guardería infantil y los chicos juntamente con sus monitoras "cargaban pilas" con la supuesta energía irradiada por la piedra.
El megalitismo no es un fenómeno exclusivo de Europa ni del neolítico. También hay dólmenes en la misma época en el Cáucaso y en el Próximo Oriente, en las regiones montañosas de Siria, Líbano o Palestina. De época más tardía son los espléndidos conjuntos megalíticos del Sur de la India, y de fecha algo posterior son los dólmenes de Manchuria, Corea y Japón.
Puede decirse hoy que los monumentos megalíticos no están unidos ni a una raza ni a una cultura determinada y que están presentes en el seno de culturas muy divergentes.
Epifanio Alcañiz Rubio, radiestesista e investigador de las energías telúricas explica:
"Dentro de la red Curry se encuentran, sin seguir aparentemente ninguna posición lógica, los que se conocen como Puntos de Poder. Estos puntos actúan positivamente sobre nuestra energía y dependiendo de su nivel de radiación influyen sobre el plano vital o físico, sobre el plano mental y sobre el plano espiritual. Esto según mi propia teoría, que apoya el hecho de que dentro del cuerpo humano hay tres planos energéticos de una misma índole, pero con distintas funciones.
Estos puntos registran un nivel vibracional superior al del cuerpo humano. De cualquier forma son unos puntos bioenergéticos con unos niveles de vibración que van de las 13,500 UB (Unidad Bovis)a las 33,000 UB. Existen también los llamados Puntos de Meditación, en estos se miden frecuencias que van desde las 9,500 UB a las 11,500 UB. La diferencia entre unos y otros está en la vibración energética de los mismos.
Todos estos puntos son círculos con un diámetro de 60 cm. aproximadamente y son realmente vórtices de energía que emanan de la Madre Tierra a través de la red Curry.
Hay pocas personas capaces de detectar estos puntos y alguien podría llegar a pensar que todo lo que escribo es una realidad de mi mente solamente. No puedo culpar a aquel que piense así, pero en estos puntos sucede un fenómeno paranormal que yo he contrastado en diversas ocasiones: la momificación de la carne. Esto sucede en los lugares que superan las 9,000 UB. En este rango vibracional la bacteria responsable de la putrefacción no prospera, he deshidratado o momificado trozos de carne en estos lugares y esta es una prueba a la que muy pocos pueden acceder.
La razón por la que de una geopatía surjan puntos con una vibración positiva resulta un misterio de momento sin aclarar. Los puntos de meditación se encuentran en las líneas de la citada red y los de poder pueden encontrarse en las líneas y también en los cruces. Hemos de tener presente que estos puntos sólo son saludables si los usamos adecuadamente y permanecemos sobre ellos un tiempo que varía según la intensidad de los mismos. Mi opinión es que dormir sobre un punto de poder vital con el tiempo podría debilitar nuestras neuronas y llevarnos a la esquizofrenia o la locura.
Los Vórtices Energéticos son en todos los casos invisibles columnas de energía de aprox. 60 cm. de diámetro que en unas ocasiones giran en sentido levógiro, penetrando en la tierra y giran en sentido dextrógiro, cuando emergen de la misma. Los vórtices de mayores registros, es decir los de 19500, 24500 y 33000 UB tienen varias particularidades, una de ellas es que siempre se dan en la vertical de una vena de agua y otra que generan a su alrededor un campo energético de forma octógonal, que yo he bautizado con el nombre de Octógono Radiante.
Estos vórtices fueron muy apreciados desde tiempos remotos y prueba de ello es que para sus construcciones sagradas utilizaron estos lugares, en distintos puntos del planeta, por tribus de distintas razas y culturas que no pudieron tener contacto entre sí.
Prácticamente todos los menhires fueron situados en un vórtice de 19500 o 24500 UB, todos los dólmenes, al menos los que yo he prospectado, contienen un vórtice en su interior, en la totalidad de las iglesias, ermitas y catedrales del Medioevo, encontraremos uno o varios de estos vórtices..."
La iglesia de S. Michel (Francia) está construida encima de un enorme túmulo prehistórico |
Otro soberbio ejemplo de convivencia megalítico-urbana son los alineamientos de menhires de Carnac , en la Bretaña francesa, donde los cientos de menhires no han sido masacrados por la construcción de nuevas viviendas o carreteras.
Algunas veces los megalitos están pegados a las viviendas y se conservan con dignidad, como por ejemplo, el menhir español de La Cardenchosa (Extremadura) |
El dolmen portugués (monte Penedono) de la foto superior está aprovechando la chabola , como muchos otros, y gracias a ello posiblemente se ha salvado.
Este menhir de Mundurno (Escocia )se encuentra en medio de un campo de cereal, pero se ve que el agricultor lo respeta todos los años.
Dolmen de Carnac.
Un ejemplo de menhir super integrado es este de Slummesten , en Suecia. Está entre dos casas y su altura es considerable.
Nuestro mundo es mucho más rico y lleno de sabiduría de lo que podamos imaginar, los misterios que esconde están ahí, para que poco a poco los vayamos desvelando, y no por ello esos misterios que yo desvele serán los mismos que desvelarás tu, puesto que son infinitos...
Stellablu