sábado, 29 de junio de 2013

SER HUMANO Y NATURALEZA




Hace quince años, el sociólogo y psicoanalista Dieter Duhm, la teóloga y embajadora por la paz Sabine Lichtenfels y el físico y músico Charly Rainer Ehrenpreis llegaron al Monte do Cerro, en la región del Alentejo en Portugal, una de las zonas menos pobladas de Europa. El propósito: construir un modelo para la coexistencia no violenta entre la gente y la naturaleza. En la actualidad, unas 200 personas, cuyo lema es “piensa de manera local, actúa de manera global”, viven, trabajan y estudian en Tamera.

Los tres pilares de la entidad se basan en la educación de jóvenes a través del programa Monte Cerro; la construcción de un modelo de aldea sustentable llamado Solar Village (Aldea solar) que produce sus propios alimentos y energía solar y la creación de una red global denominada Grace que apoya el desarrollo de investigaciones concretas y modelos comunitarios en áreas en crisis para fundar ejemplos de paz.

Desde que se iniciaron las labores en Tamera en 1995, se plantaron más de 20 mil árboles, se construyeron casas y talleres, se crearon jardines y cultivaron hortalizas utilizando los principios de la permacultura y se establecieron biotopos experimentales.

Dieter Duhm afirma: “Los patrones de orden de la sociedad deberán unificarse con los patrones de la vida y la creación. Sin armonía entre la biosfera y la socioesfera y entre los seres humanos y la vida universal, la sanación de la Tierra no será posible. Es por eso que es necesario construir aldeas modelo y futuras comunidades donde se pueda investigar y poner en práctica esta armonía. Se necesitan personas que estén dispuestas a vivir al servicio de esta causa”.

Otro fundamento que sostiene la entidad es que “las comunidades originales no eran sólo familias sino tribus. La comunidad es el seno de toda vida humana, incluyendo el del núcleo familiar. La comunidad es el órgano más lastimado en este Todo. Si queremos poner en práctica un humanismo ecológico sustentable debemos redesarrollar sus bases: un lugar donde todos los seres humanos –niños, hombres y mujeres- sientan el calor de hogar. A partir de este fundamento surgirá una paz estable y una nueva y auténtica ética”. Y agrega: “vivir en una comunidad significa vivir bajo una base comunitaria en vez de en una privada. Tal vez éste sea el cambio más radical de paradigmas sobre el cual podamos pensar”.

A continuación se detalla la entrevista que se mantuvo con Leila Dregger, integrante del Foro de Periodismo para la Paz de Tamera:

¿Cómo surge Tamera?

El proyecto comenzó en 1978, cuando se conocieron Dieter Duhm, Charly Rainer Ehrenpreis y Sabine Lichtenfels y decidieron construir una universidad alternativa e interdisciplinar para la paz. Después de las primeras experiencias de investigación ecológica y educativa en una granja de Alemania se encontraron con que cada grupo se enfrentaba a los sentimientos ocultos del ser humano, como las luchas de poder, los celos y la competencia. 

Entonces, decidieron iniciar un experimento social en el que trabajaron los temas humanos y sociales del grupo. 50 personas convivieron durante tres años y todo lo que pasó con ellos y entre ellos formó parte de una investigación. Después de esos años, la base del estudio estaba lista para iniciar un proyecto de investigación sobre la paz internacional, para desarrollar un modelo en el que investigadores de todo el mundo puedan aportar sus conocimientos para formar un modelo de cultura en el futuro. Y para ello se eligió Portugal como lugar de destino.

¿Cómo era Tamera cuando llegaron hace 15 años y cuál es la situación actual?
Apenas había unos arroyos, algunas ruinas de casas de labranza y granjas. Había ovejas por todas partes y la naturaleza estaba sobreexplotada. Las moras y los jaguarzos cubrían el lugar. Los alcornoques se encontraban en mal estado y se estaban muriendo. Ahora el sitio se parece cada vez más a un paisaje en sintonía con los recursos acuáticos disponibles. Hemos construido un cuarto lago y está prevista la construcción de diez más. La forma natural del paisaje respalda la construcción de espacios para retener el agua. Con el agua, vuelve la vida. Cada vez  aparecen más especies silvestres. Estamos plantando árboles y bosques en cultivos mixtos.
¿Cómo estáis organizados? ¿Cómo es Tamera?

Alrededor de 200 compañeros de trabajo y estudiantes viven la mayor parte del tiempo en Tamera. Hay casas, cabañas, tiendas, salas para grupos, caravanas, muchos estilos experimentales en esta fase pionera. Todavía estamos preparando la construcción del verdadero pueblo, donde tendremos una futura arquitectura de casas comunitarias.
Tamera es un paraje con una extensión de 134 hectáreas y rodeado de colinas. Está situado en el sur de la región portuguesa de Alentejo, un lugar muy seco en verano y húmedo en invierno. Una de nuestras tareas y objetivos es mostrar cómo hacer que este paisaje sea fértil de nuevo, a través de los planteamientos de regadío de la permacultura, que se basan en el agua de lluvia y gracias a los cuales cultivamos hortalizas y frutas en las orillas. 

Muchos de nosotros todavía vivimos de una manera muy sencilla en caravanas. Las casas están fabricadas con materiales naturales como la madera, la paja y el barro, materiales que se pueden encontrar en la zona. Además, contamos con un campo de ensayo para construir la Solar Village en la que desarrollamos dispositivos de energía solar descentralizados y futuristas. La mayoría de la gente vive y quiere vivir juntos en comunidades donde compartimos nuestros pensamientos, nuestra vida y nuestro amor. Experimentamos con un tipo de arquitectura que se basa en esta unión y también en la unión y conexión con la naturaleza. Uno de nuestros arquitectos inventó la “arquitectura de zonas multiplicadas”, que se basa en este planteamiento.

 ¿Qué tipo de educación reciben los niños de la comunidad?

Contamos con un centro infantil en el que los niños de los trabajadores y estudiantes aprenden y estudian. Las jóvenes generaciones forman una especie de comunidad en la que los de más edad cuidan de los más jóvenes. Ellos son atendidos por un equipo de adultos y su tarea principal es proteger a sus seres cósmicos universales y sus conocimientos. Los niños no van a la escuela de la zona sino que contamos con un sistema de educación en casa. Nuestra cooperación con escuelas de Portugal y Suiza hace posible que quienes quieran, puedan continuar sus estudios superiores con posterioridad.

¿Qué tipo de cursos se imparten en Tamera?

Hay varios cursos de introducción a lo largo del año, una Universidad de Verano y en mayo de cada año, comienza un período de tres meses de duración en educación para la paz. Se trata de una formación internacional para la paz, a la que asisten participantes de todo el mundo. Es también la mejor manera de saber si uno quiere vivir y trabajar en Tamera.

¿Cómo está organizado el ecoturismo?

Cuatro veces al año ofrecemos una jornada de puertas abiertas, en la que se muestran las soluciones ecológicas y tecnológicas y las alternativas a las personas interesadas. Siempre hay más de 100 personas procedentes de todo Portugal y también turistas de otros países. 
Cada año, Sabine Lichtenfels invita a muchas personas a una peregrinación por la paz denominada In the name of Grace. Ha habido peregrinaciones en zonas de crisis, como Palestina y Colombia y el año pasado se desarrolló en Portugal. Todo el mundo está invitado a participar. Se trata de una experiencia por y para la comunidad y una acción de paz al mismo tiempo.

¿Estáis abiertos a la incorporación de nuevas personas?

Sí. Tamera en particular está buscando personas que sean conocedores de las tecnologías solares,  construcción, arquitectura e informática.

DATOS DE CONTACTO:

www.tamera.org

(La Web se encuentra en portugués, inglés y alemán)

Fotografía: Cortesía de Tamera y fotos recopiladas de la web.