viernes, 21 de junio de 2013

MEMORIA DE ESENIO


Estos son gragmentos remarcables del libro Memoria de Esenio cuyos autores son Anne y Daniel Meurois Givaudan :

- Las impurezas y la corrupción de un cuerpo se deben siempre a la falta de perfección de la fuerza que vive en él.

- El Sol y el tiempo seco facilitan la visión de las auras. Una gran humedad o el cuerpo sumergido en el agua, como cuando se sale del baño, crean una dispersión del aura. La inmersión total y rápida de un cuerpo provoca durante una fracción de segundo una total expulsión del cuerpo etérico, lo cual puede provocar una pérdida de conciencia.

- Cada palabra que sale de nuestros labios es un universo que creamos.

- Los sonidos son materia en un plano que no vemos, que nuestra reflexión no puede captar. 

- Somos como las hojas del árbol de vida que apenas tienen conciencia de la rama que las sostiene y menos aún del tronco común de donde parte la rama.

- La soledad es la trampa de quienes cierran sus ojos. Cuando cerramos las persianas de nuestro corazón, no percibimos otra cosa que nosotros mismos.

- No supone ninguna gloria hacer de sabio entre sabios, sino que la verdadera grandeza es permanecer despierto entre los durmientes. 

-Hace 10.000 años, las mujeres aplastaban a los hombres, era un matriarcado.

- El odio no es más que el amor de lo que es contrario al Padre, tiene la cara de un amor escondido tras una máscara.

-Si un tercio de los hombres se pusieran a emitir sentimientos de paz, la estructura de toda la materia quedaría transformada para siempre. 

- A Jesús sólo lo comprendieron los corazones que viajan más allá de las palabras.

- Si das oro a una mula, aunque sea en un comedero de plata, preferirá los restos del forraje del día anterior. Al que no sepa ver la divinidad más que entre los árboles, hablémosle de un dios que se ha hecho árbol. Hay que admitir las diferencias. El oro espiritual no se impone.

- Sobre el régimen crudívoro: todo el calor que se sitúa más allá de la sangre humana destruye las cualidades primeras e impalpables de la vida generadora.

- Satán no representa a un ser, ni siquiera a un espíritu, es la energía oculta del cosmos, la fuerza de diferenciación, el soplo negro que Dios ha liberado para que aprendamos a elegir.