martes, 25 de junio de 2013

LOS REGISTROS AKASHICOS



Se halla a disposición de quienes se consagran al servicio impersonal. Los archivos akhásicos recogen toda la trayectoria de la humanidad, de cada una de las almas que hollaron nuestro mundo, desde el principio de los tiempos.

Se trata de un “disco duro” cuya capacidad desborda los límites concebibles. El contenido de sus archivos es imperceptible para la mente concreta. Conseguir el “password” para acceder a esos mágicos registros, ha sido la aspiración de muchos maestros, guías e iniciados.

El escritor Daniel Meurois Givaudan es ya un conocido para los guardianes celestes de todo este inagotable acerbo colectivo. Le permitieron entrada porque sabían de sus intenciones puras, nos cuenta sus experiencias:


"Cuando penetro los anales akáshicos, me veo absolutamente inmerso en la secuencia de la época. No observo la escena como si estuviera delante de una pantalla de televisión, yo estoy absolutamente allí, en el momento".


"Al escribir, no tengo necesidad de intentar reconstruir ningún aspecto, puesto que vivo la experiencia tal cuál. Me percato de montón de detalles, escucho todos los sonidos… La precisión es increíble".

"Todo queda grabado en mí por tres o cuatro días. Después esas vivencias me quedan registradas como una vivencia normal, por ello es importante que me apresure a escribir.Todo es revivido con la misma intensidad que en la realidad. Tengo sensaciones visuales, olfativas, auditivas e incluso de tacto, pero no de mi tacto, si no del de esa persona en la cuál yo estoy inmerso en ese momento. Si esa persona toca algo, yo tengo la misma sensación de tocar".

"La vivencia es, por lo tanto, absoluta".

"Mi trabajo de escritor es el de seccionar momentos sustanciosos y de tejerlos entre sí, de forma que semeje un libro, no una enciclopedia. Mi tarea no es por lo tanto la de un novelista, puesto que yo no invento. Soy más bien transcriptor de esas escenas que elijo".


"Si se tiene la impresión de que otras épocas eran más bárbaras y duras, con masacres, esclavitud…, en nuestros días la opresión y la explotación está más escondida, pero sigue ahí".

"Por el contrario todo está desacralizado. En los tiempos del pasado que yo he podido visitar, había siempre referencias a elementos sagrados. Es decir la existencia de la divinidad era una evidencia para todo el mundo".


Los Registros Akáshicos son una memoria universal de la existencia, un espacio multidimensional dónde se archivan todas las experiencias del alma incluyendo todos los conocimientos y las experiencias de las vidas pasadas, la vida presente y las potencialidades futuras. Este sistema energético contiene todas las potencialidades que el Alma posee para su evolución en esta vida y su verdadera razón de ser, el sentido de la existencia.

Existe para el plano individual, planetario y universal con diferentes frecuencias vibratorias. En Egipto se conoce como las “Tablas de Thoth”, en la Biblia como “Libro de la vida“, en el Islam como “Tabla Eterna” y los Mayas los denominan el “Banco Psi”.

El adjetivo akáshico proviene de Akaśa, un término existente en el antiguo idioma sánscrito de la India, que significa ‘éter’, espacio o energía cósmica que penetra en todo el universo y es el peculiar vehículo que transporta el sonido, la luz, la vida. Ya los Rishis sabían de esta dimensión fundamental oculta que abarca todos los otros elementos: el prithivi (la tierra), el ap (el agua), el vata (el aire) y el agni (el fuego). Este Akasha contiene todos los elementos dentro de sí mismo y al mismo tiempo se halla fuera de estos sin limitaciones del tiempo y espacio. Es una matriz cósmica inobservable y omnipresente, el trasfondo sútil desde el cual surgen todas las formas inclusive nosotros mismos. 

El yogui Paramahansa Yogananda aclara: El Akasha subyace bajo todas las cosas y se convierte en todas las cosas; está oculta y tan solo se puede observar cuando se convierte en las cosas que vemos. Es la realidad fundamental del mundo.

Hoy en día hasta la ciencia empieza a ver las interrelaciones entre la forma y no forma, concibiendo esta realidad del nuevo paradigma Akáshico.

Fuentes: