jueves, 27 de junio de 2013

LOS ABRAZOS Y SU PODER



Un abrazo, dado con gusto, sinceridad y aprecio, es capaz de producir y activar las endorfinas, hormonas de la alegría y el gozo. Y cuando esto sucede, se producen y activan funciones y cambios de todo tipo como las siguientes:

Se fortalece el sistema inmunitario y se hace más resistente a virus, bacterias y contagios.

Las endorfinas producidas con el abrazo ayudan a aumentar el entusiasmo, la alegría, eliminan el dolor ya sea físico o emocional.

La sensación de placer ayuda a subir la confianza y la autoestima. 

Se genera una sensación de seguridad.

Los bebes y los niños llegan a sentir alivio a sus temores, miedos e inseguridades.

A los jóvenes les da confianza y les ayuda a poder ser más analíticos.

Se transfiere una sensación de unión y de comprensión.

Ayuda a propiciar ganas de vivir.

Da calma y sensación de satisfacción.

El abrazo es una de las primeras medicinas que han existido, es una de las primeras acciones que una madre tiene con su pequeño, que simboliza la protección, la ternura y la confianza.

Necesitas dar o recibir un abrazo si:

Te sientes poco entusiasta
Eres enfermizo.
Tienes dolores en el cuerpo.
Tiendes a deprimirte y a sentirte desanimado.
Te sientes inseguro, solo y poco comprendido.
Pero no solamente tienes que tener estos “síntomas” para abrazar ni es necesario esperar a que esto te suceda para pedir o estrechar a alguien. La abrazoterapia estimula, tiene el mismo poder que tiene la música que nos gusta, o la risa, o bailar con placer.

¿No te es fácil dar un abrazo?

Hay personas que al no crecer bajo un ambiente afectivo de abrazos, suelen tener problemas más tarde para acercarse físicamente a las personas. El abrazo sin duda genera un acercamiento no solo físico, sino emocional, lo cual crea una especial intimidad que a algunas personas puede inquietar. Es necesario vencer la frontera del acercamiento físico si realmente queremos comprender y permitir que el corazón se hunda con afecto en otro ser humano.

A veces, el abrazo puede ser muy poco disfrutable cuando no estamos acostumbrados a darlo, es por eso que al principio se debe practicar, quizá empezar por no dar un abrazo muy largo, quizá estrechar a alguien cundo lo saludamos, o acercarse más seguido a los hijos o los padres y ofrecerles un abrazo con cualquier pretexto. Debemos hacer del abrazo algo más cotidiano, acostumbrar al corazón a dejarse fluir por los brazos y dejar pasar su cariño hasta el cuerpo del otro ser humano, con practica se lograra cada vez realizar esta acción medicinal y placentera.

¿No tienes quien te abrace?

Si necesitas un abrazo y no hay nadie cerca, ve y busca un árbol cerca de donde estés, y dale un abrazo. Si nunca has tenido esta experiencia, no te la puedes perder.

Abrazar a los niños es sin duda una de las mejores formas de transmitirles seguridad y ayudarles a construir un carácter más confiado y digno. Los niños que son abrazados a menudo tienen más confianza y seguridad en ellos. Aquellos que no han sido muy abrazados se sienten más solos y desconfiados, mas inseguros y poco valiosos. Si tienes niños y no los has abrazado muy a menudo, quizá es buen tiempo de que empieces a practicar los abrazos, entre más pequeños son los niños más puedes acostumbrarlos a recibir y dar abrazos.

Abrazar a los niños les ayuda:

A fomentar su autoestima y valor personal.

A crear un carácter seguro y más creativo.

A crecer más saludables e inteligentes.

Con todos estos beneficios nunca será mal momento para empezar a abrazar. Empezar a estrechar seres humanos quizá sea el primer paso para aprender a estrechar cosas realmente grandiosas en la vida.