La historia que sigue la explica Radmilo Aničić (científico e investigador ruso) y sucede en el río George, en la Costa de Labrador, donde se expande en el Mushuan Nipi (El gran lago en la soledad). En la antigüedad, los indios llegaron aquí a la caza del caribú. Cada año organizan un campamento "temporal", donde un grupo de indios se reúne para compartir sus tradiciones y costumbres. Ese año Radmilo y su grupo se reunieron con ellos, y participaron en una de sus ceremonias, en el interior de uno de los tipi, la ceremonia Snjeat Lodge.
"Hay una razón profunda por la que fuimos allí. No teníamos ni idea de lo que estaba por venir y lo que nuestros queridos anfitriones, los indios Ašini nos tenían preparado. Lo que nos ocurrió fue ¡un verdadero encuentro con nosotros mismos! Y, no es una coincidencia...
Esa noche, en el campamento Ašini, se nos dio la oportunidad de ver un nuevo mundo, ya olvidado y dejado atrás, casi desaparecido de nuestras vidas. Era un nuevo viaje en las profundidades sin fin de lo que somos -verdaderamente. Fue un encuentro con nuestro Ser.
En dicha reunión me di cuenta de que no estaba solo, de que no soy una isla aislada abierta al océano, el mar que nos rodea ya es parte de la cadena de la vida y sólo con plena conciencia de pertenecer a ella, la vida tiene sentido. No era sólo yo, sino yo, y todos los que fueron antes de mí y todos los que vendrán después de mí. Y sólo si cuido de todos ellos, podré cuidar el cumplir mi destino.
En la cadena sin fin de la vida la ceguera no tiene fin, tengo la responsabilidad de llevar conscientemente la idea de lo infinito y la belleza de la vida teniendo en cuenta que todo lo que pensamos, sentimos, es Uno...
La ceremonia Snjeat Lodge, consiste en la limpieza de nuestro ser en todos los niveles espiritual, físico, emocional, mental... y abrir la puerta a "eso", el mundo que hace tiempo que la educación cerró (la educación aceptada por las normas sociales y por nuestra negligencia).
Esa noche experimentamos el mundo en su integridad y plenitud, y pudimos estar claramente en comunión con todo el mundo y el lado "Uno". ¡Por lo tanto nos encontramos con NOSOTROS MISMOS!
Todas las tradiciones espirituales y religiosas enseñan que el hombre es un ser dual: siendo mundo físico y espiritual. Conocemos más la parte física, la que está destinada a ser habitada en el continuo espacio-tiempo, pero sólo es una parte del todo y, si no lo comprendemos, si no entendemos quienes somos y lo que somos en realidad, nosotros los seres humanos, no vamos a ser capaces de ver la idea de un hombre con una gran H, la idea del hombre como un dios con una pequeña d!!!
La aceptación de la dualidad de nuestra naturaleza de la realidad fue la llave que aquella noche nos abrió la puerta.
Esa noche, el encuentro con nuestro Ser fue tan intenso, tan amplio, que sacudió los cimientos de cada uno de nosotros que participamos en la ceremonia.
La conversación fue maravillosa, encantadora, limpia y sencilla... no había ninguna razón para la más pequeña mentira, engaño, hipocresía... En este tipi esa noche nos dimos cuenta de que ¡Somos Uno! Que no existe una división entre este mundo y el otro... Es todo Uno!
Ocho piedras incandescentes que nos hicieron darnos cuenta de que todo es Uno! Que somos parte de todo lo que es...
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