Dicen que estos son los tiempos finales. Muchas personas van a encontrarse en la calle y sin trabajo y la IA “ocupará” sus lugares de trabajo y eso hace crecer el miedo y la inseguridad en la población, pero eso no tiene por qué ser así.
A raíz de mi propia experiencia personal puedo afirmar que realmente no dependemos de lo que haga o no haga nuestro “mundo externo”, si aprendemos a confiar en nuestro corazón éste nos guiará a través de caminos insospechados y, en ese viaje no nos faltará nunca nada, ni dónde dormir, ni qué comer, al contrario, se nos dará todo en abundancia.
No voy a describir mi vida, no creo que sea necesario, simplemente lo que hice fue soltar todos mis miedos a lo “que podría sucederme si…” y decidí confiar en mi corazón, en el Amor, pues en todos nosotros se aloja la chispa divina. Decidí no aferrarme a lo que tenía y regalé todo para empezar una nueva vida en otro país, a miles de kilómetros de todo lo que conocía. Sólo me aferré a mi corazón, que me susurraba que confiara, que todo iba a ir muy bien. Y así fue.
No puedo negar que hubieron momentos de duda, pero no permití que se adueñaran de mi mente, en todo momento la ocupé con pensamientos que me animaban a continuar, a no rendirme, a disfrutar de cada momento sin juzgarlo.
Han pasado más de trece años desde que tomé esta decisión y creo que nunca he vivido con tanta abundancia. No hablo de dinero, solo sé que no me falta nada y que tengo más de lo que necesito. No pasé hambre, ni frío, no me sentí desvalida o sola, al contrario, creo que nunca he sido más feliz. No tengo dinero, no tengo nada que pueda llamar “mío”, pero gracias a ello, lo tengo todo.
Si crees que el mundo se ha derrumbado bajo tus pies, no sigas con esos pensamientos. Dios provee siempre. Crees que es el mundo el que te provee y por eso te sientes así, pero el mundo nunca te podrá dar lo que realmente quieres, porque lo real sólo está en tu corazón, en volver a confiar en el Amor en tu interior. Lo único que sucede es que has creído ser quien no eres, y has olvidado Quién en verdad Eres. Al creer ser quien no eres has deseado cosas materiales, pero todo lo material es impermanente, y es impermanente porque no es real. Al aferrarte a lo que no es real has olvidado lo que sí es real. Has olvidado que Eres Abundancia.
Estos tiempos que vienen es una oportunidad que tienes, que tenemos todos, para recordar, para volver a nuestro corazón y confiar en el Amor, en la chispa divina en nuestro interior, porque sólo así, recordaremos, saliendo a flote de cualquier contratiempo.
Lo único real está en nuestro interior, el mundo no nos puede dar nada ni hacer nada, salvo que creamos que sí puede. Lo que no es permanente no es real, nunca lo olvides, simplemente confía en la chispa en tu interior (en el Amor Puro en tu interior que siempre te acompaña) y piensa que eso que crees experimentar y que perturba tu paz, también pasará. Somos seres eternos, no somos este cuerpo impermanente, no somos nada de lo que se nos ha dicho que somos, y sólo recurriendo a nuestro interior lo descubriremos.
Te animo a que no te hundas ante el drama del mundo y te alces por encima de él, porque tú no eres de este mundo, tu verdadero mundo es pacífico y completamente amoroso. Suelta lo que no eres y lo verás. Estamos a destinados a verlo.
Empezamos a recordar y, como fichas de dominó que caen, empujamos a otras fichas a hacer lo mismo, pero en realidad no “caemos” sino que nos estamos elevando…