martes, 18 de junio de 2013

EL CÓDIGO DE LA BIBLIA


Matemáticos israelíes habrían descubierto un código que estuvo escondido en el texto original de la Biblia en hebreo por más de tres mil años. En él se hallarían todos los sucesos que afectarían al mundo, tanto en el pasado como en el futuro, como la gran depresión económica, las guerras mundiales, los asesinatos de los hermanos Kennedy y del Primer Ministro Israelí, Itzhak Rabin, entre otros, incluyendo la fecha exacta, el lugar y el nombre de los asesinos.

El código oculto en la Biblia fue encontrado en el texto hebreo del Antiguo Testamento, es decir, en la primera versión escrita del libro sagrado. Aunque ha sido traducida a todos los idiomas, los acontecimientos pueden develarse solamente en la versión en hebreo, ya que éste es el idioma original de la Biblia.
Pero, ¿cómo se pudo conservar intacto el código, después de 3.000 años? El texto original de la Biblia ha permanecido inalterado a través de los siglos.

Todas las Biblias en lengua hebrea original que existen en la actualidad son iguales letra por letra. Según Adin Steinzsaltz, principal traductor de textos hebreos antiguos, el Talmud (libro que contiene la tradición, doctrinas, ceremonias y preceptos de la religión judía) señala claramente que no puede usarse, y ha de ser enterrada bajo tierra, toda copia de la Tora (libro de la Ley de los judíos) que tuviera una sola letra errónea.

Hace más de 2.000 años, una comunidad de israelitas escondió cientos de rollos de pergamino con los textos originales del Antiguo Testamento en cuevas que rodean el Mar Muerto, por temor a que fueran destruidos. Estos fueron descubiertos accidentalmente por un pastor en 1947, y ahora se conservan en Israel, en un museo llamado Santuario del Libro de Jerusalén.


La referencia al "fin de los días", se encuentra en un rollo de veintidós líneas llamado Mezuzah, que ocupa un lugar central en la Biblia y que Dios ordenó poner aparte y fijarlo a la entrada de cada hogar. "Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Se las repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado; las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos; las escribirás en las jambas de tu casa y en las puertas", ordenó Dios. Una sola palabra o signo que hubiera cambiado, habría perdido el sentido del texto escondido. Pareciera que Dios quiso asegurarse que el texto no se perdiera.

Aunque fue primero intuido por el rabino H.M.D. Weissmandel, hace más de 50 años, fue en realidad el Dr. Eliyahu Rips, experto mundial en teoría de grupos (modelo matemático en que se basa la física cuántica), quien lo descubrió, y posteriormente otro físico israelí, Doron Witztum, fue quien completó el modelo matemático para descifrar el código. Este fue corroborado por matemáticos de la Universidad de Harvard, Yale y de la Universidad Hebrea. También fue verificado por un experto en decodificación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Este descubrimiento fue anunciado primero en la revista norteamericana especializada Statistical Science (Ciencia Estadística), no sin antes someterlo al análisis de otros expertos, procedimiento habitual de verificación en revistas de este tipo. 

El experimento original fue llamado "Secuencias equidistantes de letras en el libro del Génesis", en cuyo resumen se leía: "El análisis randomizado (aleatorio) señala la existencia de información oculta en el texto del Génesis, imbricada en forma de secuencias equidistantes de letras. Su nivel de acierto es del 99.998%".

El periodista norteamericano Michael Drosnin publicó el descubrimiento en 1997 su libro El Código Secreto de la Biblia, señalando que para ello "tuvo que aprender hebreo y estudiar y comprobar el código durante cinco años". Explica Drosnin que "la Biblia tiene la forma de un gigantesco crucigrama. Está codificada de principio a fin con palabras que al conectarse entre sí, revelan una historia oculta".

ordenamiento del codigo de corrido por letras

Para dar con el código, Rips eliminó los espacios entre palabras y convirtió la totalidad del texto bíblico original en una "hebra" continua compuesta por 304.805 letras. Al hacerlo, la estaba devolviendo a la forma primigenia que los grandes sabios le atribuyen. Según la historia, ésa es la forma en que Moisés habría recibido la Biblia de Dios: continua, sin separación de palabras.


El computador explora ésta hebra en busca de nombres, palabras y frases codificadas. Comienza por la primera letra de la Biblia y verifica todas las secuencias alternas posibles: palabras formadas por saltos de 1, 2, 3 y así, hasta varios miles de espacios. Luego repite la búsqueda empezando por la segunda letra, luego por la tercera, la cuarta, hasta llegar a la última letra del texto. Como en un crucigrama, la información codificada puede aparecer en forma vertical, horizontal o diagonal. Cuando localiza una palabra clave, el computador se dedica a buscar información relacionada con ella que encuentra generalmente en el mismo tramo del texto.

Nadie puede explicar, sin embargo, cómo fue creado el código. Todos los científicos, matemáticos y físicos que han aceptado su existencia, coinciden en señalar que ni los más veloces ordenadores de que disponemos, incluidos los del Pentágono, las unidades centrales de la IBM, ni todos los computadores del mundo trabajando juntos, podrían obtener un texto como el que fue codificado hace tres mil años. Según el Dr. Rips, la información contenida en él "es infinita".

Uno de los episodios más dramáticos para los científicos fue descubrir, con un año de anticipación, el registro del asesinato de Itzhak Rabin. Aunque trataron de advertir al Primer Ministro, no pudieron evitar su muerte. Por más de tres mil años, el suceso estuvo esperando en la Biblia a que alguien lo descubriera.

Sin embargo, Drosnin señala que "la Biblia no es una bola de cristal: es imposible encontrar algo si uno no sabe qué es lo que está buscando".
Existe también una diferencia con otras profecías, tipo Nostradamus, ambiguas, como: "una estrella surgirá del oriente y caerá el Gran Rey". En la Biblia, aparecen los detalles precisos, señalando nombres, fechas, ciudades y eventos como holocausto, guerra, terremoto y asesinato.

En el siglo XVIII, un sabio llamado el Genio de Vilna, escribió: "es regla que todo lo que fue, es y será hasta el fin de los tiempos, está incluido en la Tora, desde la primera hasta la última palabra". El físico Albert Einstein dijo por su parte: "Por persistente que sea, la distinción entre pasado, presente y futuro es pura ilusión". Decía que el tiempo no es lo que parece, no fluye en una única dirección. Para él, el futuro y el pasado coexisten.

Isaac Newton, quien descubrió la ley de la gravitación universal, no sólo afirmó que el futuro ya existe sino que creía en la posibilidad de predecirlo. El creía que había un código escondido en la Biblia que revelaba el futuro, aprendió hebreo y dedicó la mitad de su vida a buscarlo, pero no es sino hasta ahora, con la aparición de las computadoras, que se hace posible descifrarlo.

Leer texto completo: http://laplebedeguasave.blogspot.mx/2012/04/el-codigo-secreto-de-la-biblia-1-y-2.html